Muchos hombres y mujeres han procurado arreglar el mundo, ya sean intelectuales, científicos, políticos, religiosos, ecologistas, médicos, sabios, ingenieros, en fin, larga es la lista, pero con muy poco éxito. Éste se remite solamente a cambios puntuales, como en el ámbito de la medicina, de diferentes ingenierías, tecnológicas, o en el ámbito aéreo- espacial, entre otras cosas. Sin embargo, el mundo no presenta cambios notables.
Se habla de un científico que quería ser un aporte al mundo desde su área, y estaba decidido a lograr un cambio, por pequeño que fuera. Estaba en aquello, cuando su hijo de corta edad entró a su lugar de trabajo, y como no deseaba ser interrumpido, se le ocurrió una forma para mantener a su hijo entretenido. Sobre su escritorio encontró una página que tenía impreso el mundo, tomó unas tijeras y la cortó en varios pedazos, tomó una cinta para pegar, y le dijo: —Hijo, como sé que te gustan los rompecabezas, aquí tienes uno; se trata de que juntes todos los pedazos hasta reparar el mundo. El científico pensó que lo mantendría ocupado mucho tiempo, quizá días.
Al poco rato, su hijo lo llamó con alegría; había armado el rompecabezas. Sorprendido su padre, exclamó: — ¿Cómo lo hiciste, hijo?, ¡si tú no conoces el mundo! —Lo que hice, papá, es que me di cuenta, mientras cortabas la página, que al reverso de ella estaba la imagen de un hombre, y como lo conozco, lo armé sin problemas, y al dar la vuelta a la hoja, el mundo está completo, ¡fácil!, dijo el pequeño con orgullo.
Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno. 1a de Juan 5:19
Por Jehová son ordenados los pasos del hombre, y él aprueba su camino. Cuando el hombre cayere, no quedará postrado, porque Jehová sostiene su mano. Salmos 37: 23,24.
¡Ojalá se pudiera arreglar el hombre tan fácilmente, y hacer así un mundo mejor!, como se desprende de la historia. Sin embargo, la Biblia expresa que el mundo no tiene arreglo, está bajo la autoridad del Satanás, el diablo, pero aun así, se puede hacer de él un lugar más grato para vivir mediante la conversión del hombre al Evangelio de Jesucristo. El niño, inteligentemente, compuso primero al hombre y luego al mundo, logrando armar el rompecabezas. El hombre y la mujer, no pueden arreglar su vida solo con buena voluntad, necesitan que les suceda algo extraordinario, y es nacer de nuevo. Un hombre o una mujer nacidos de nuevo, sin duda alguna contribuyen en mucho para que este mundo sea mejor, de ahí la importancia de la evangelización.
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