“Respondió Jesús y le dijo: Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; mas lo entenderás después“. Juan 13:7
Hay un libro cristiano muy bonito que se titula: “Cuando lo que Dios hace no tiene sentido”. Este libro trata sobre las circunstancias que pasan que muchas veces no entendemos, cosas que para nosotros no tienen sentido; pero aunque para nosotros no tengan sentido, Dios lo está haciendo con un propósito. Este libro muestra la soberanía de Dios al hacer las cosas o permitirlas. Él no tiene que pedirle permiso a nadie para hacer lo que hace, Él es Dios, nadie le aconseja.
El libro comienza narrando la historia de un joven que es muy inteligente y decide estudiar medicina. Estando estudiando entiende que Dios lo está llamando a ejercer su profesión no con fines lucrativos, sino para prestar un servicio social en el extranjero y así se mentaliza, estudiar para ayudar a otros. Cuando llevaba 1 año de estudios comienza a sentirse muy fatigado, y al examinarlo le diagnostican leucemia crónica y al poco tiempo muere.
La gente se preguntaba cómo era posible que este joven que pensaba ayudar a los demás había muerto, comparado con tantos médicos que se gradúan con la intención de cobrar por sus servicios o hacer, en ocasiones, cosas malas y no les pasa nada.
Al final, el libro concluye con que las cosas que Dios hace tienen sentido aunque para nosotros no lo tenga.
En el pasaje que leímos al comienzo, Jesús estaba cenando con sus discípulos. La biblia dice que Satanás ya había puesto en el corazón de Judas que entregara a Jesús, y Jesús en un momento se levanta del lugar donde estaba, tomó agua y un paño para secar, y comenzó a lavar los pies de sus discípulos. Cuando llegó donde estaba Pedro, éste le dice ¡Señor!, ¿Tú me vas a lavar a mí los pies?, eso nunca, y Jesús le dice lo que acabamos de leer “Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora, mas lo entenderás después”.
Y la verdad es que muchas veces nos suceden cosas que no entendemos, que no comprendemos su porqué: Pedro no entendía el por qué Jesús estaba lavando los pies de todos y por eso se negaba; era algo que no le entraba en la cabeza, el por qué Jesús hacía esto.
Y la verdad es que muchas veces nos suceden cosas que no entendemos, que no comprendemos su porqué: Pedro no entendía el por qué Jesús estaba lavando los pies de todos y por eso se negaba; era algo que no le entraba en la cabeza, el por qué Jesús hacía esto.
Dios hace todo con propósito.
Necesitamos entender que lo que nos suceda es con un propósito, que aunque no entendamos ahora por qué está pasando, lo vamos a entender después.
Él no hace las cosas improvisando, y cuando estamos en sus planes todo está focalizado en algo que Él quiere hacer en nosotros.
Él no hace las cosas improvisando, y cuando estamos en sus planes todo está focalizado en algo que Él quiere hacer en nosotros.
Jesús no lavó los pies de sus discípulos porque sí, no lo hizo porque estaban sucios, porque no había nada más que hacer. Jesús les estaba enseñando algo, les enseñaba servicio, les enseñaba humildad, les enseñaba cómo era que Él nos limpiaría de todo pecado.
Dios piensa y actúa muy diferente de nosotros.
Isaías 55:8-9 (RVR1960) “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos“.
Isaías 55:8-9 (BLS) “Dios dijo: «Yo no pienso como piensan ustedes ni actúo como ustedes actúan. Mis pensamientos y mis acciones están muy por encima de lo que ustedes piensan y hacen: ¡están más altos que los cielos! Les juro que así es».
Si solo por un segundo pudiéramos ver o pensar como Dios mira o piensa, solo por un segundo, seguro que muchas de nuestras preguntas se aclararían.
Isaías 55:8-9 (BLS) “Dios dijo: «Yo no pienso como piensan ustedes ni actúo como ustedes actúan. Mis pensamientos y mis acciones están muy por encima de lo que ustedes piensan y hacen: ¡están más altos que los cielos! Les juro que así es».
Si solo por un segundo pudiéramos ver o pensar como Dios mira o piensa, solo por un segundo, seguro que muchas de nuestras preguntas se aclararían.
Es un completo error tratar de asimilar con nuestro razonamiento lo que Dios hace, es un error llamar malo a lo que Dios hace o permite solo porque a nosotros no nos parece normal.
Hay diferencias abismales entre como pensamos nosotros a como piensa Dios. Jamás llegaremos a pensar como Él piensa, jamás llegaremos a actuar en esta vida en la forma como Él actúa, es imposible llegar a hacerlo, no se puede.
La próxima vez que cuestionemos algo que Dios hace solo porque no nos parece a nosotros, pensemos en que Él no piensa como yo, no actúa como yo, no ve la vida como yo, no se limita como yo.
La próxima vez que cuestionemos algo que Dios hace solo porque no nos parece a nosotros, pensemos en que Él no piensa como yo, no actúa como yo, no ve la vida como yo, no se limita como yo.
Él está actuando en nuestras vidas, está haciendo algo.
Pero aunque no entendamos, debemos confiar. Aunque la realidad de lo que esté sucediendo no la entendamos, debemos confiar en el Señor. Lo que Él está haciendo es por algo, tiene algo en mente, algo tiene planeado.
No necesitamos entenderlo todo, no necesitamos saber el porqué de las cosas, pero sí necesitamos confiar en el Señor. No es necesario que entendamos todo, solo que confiemos en Él.
No necesitamos entenderlo todo, no necesitamos saber el porqué de las cosas, pero sí necesitamos confiar en el Señor. No es necesario que entendamos todo, solo que confiemos en Él.
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