martes, 9 de enero de 2018

Amar a propósito

Hoy leía en uno de mis libros favoritos la forma en que podemos sentirnos más cerca de Jesús. Leyendo atentamente, encontré en esas líneas, a diferencia de lo que podríamos pensar, que el autor no propone que llevemos una vida sumamente disciplinada, con ayunos una vez por semana y oraciones de más de una hora. Sin estar en contra de nada de lo anterior, no me malinterpreten, quiero resaltar el nuevo énfasis con que me encontré y que me llevó a reflexionar sobre lo que voy a compartir.
Todos concordamos en que la naturaleza de Dios es amor ¿si, no? Bien, esa es una de las cosas (pocas) en que todos los creyentes estamos de acuerdo. Dios es amor, y a partir de ese amor Él construyó un mundo y un camino para nosotros que es reflejo de ese sentimiento. Es más, lo sigue manifestando para que no dejemos nunca de creer que es así. Por eso, la sencilla oración “Dios te ama” impacta la vida de muchas personas, que no pueden creer que “un ser” tan superior sea capaz de tener ese sentir tan profundo hacia ellos.
Lo que encontré en este libro que les comento, es que así como Dios ama, también tiene un lenguaje del amor. El autor, Gary Chapman, habla de que existen cinco lenguajes del amor, y que cuando amamos a alguien debemos descubrir su lenguaje del amor para expresarle el nuestro; a partir de la forma en que se siente amado o amada. Por ejemplo, si mi lenguaje del amor es el tiempo de calidad, no voy a considerar de importancia que me llenen de regalos sorpresas, si a fin de cuentas veo a mi pareja solo 5 minutos a la semana y apenas podemos conversar, ¿entendido? Bueno, volviendo a la idea anterior, Dios también tiene su propio lenguaje del amor y ¿sabes cuál es? Son las personas.
Así es; el lenguaje del amor de Dios son las personas, cualquiera que sea su condición, características e incluso religión. A Él lo que le importa son las personas y si tú quieres que se sienta amado… ¡Ama a las personas! Te preguntarás si hay alguna trampa en esto o si hay letra chica, pues no la hay. Dios se siente amado cuando tú eres capaz de entregar amor a la gente; ahí Él siente que realmente estás conectado con su forma de amar. Y tiene su lógica (aunque con Dios no hay que pensar mucho en la lógica), porque Dios envió a Su hijo Jesús por amor a las personas como tú y como yo. O sea, la forma de mostrarle amor al mundo, fue entregando lo más preciado (Su hijo) a cambio de la vida de toooooooooooda la gente que vive en el mundo. Él sí que estaba hablando en serio cuando lo hizo.
Pensarán que hay gente más fácil de amar que otra. Además, hay gente que no conocemos, por lo tanto, ¿cómo podemos amarla? Es cierto, hay personas que tienen características que hacen que sea imposible no amarlas, o al menos no tenerles cariño. Sin embargo, hay otras que tienen un carácter difícil o que no son precisamente un terrón de azúcar, y a esas hay que amarlas también. Esto no significa que vaya a invitarlas a almorzar a mi casa todos los fines de semana; no, para nada, significa que no voy a desearles ningún mal y que si llegaran a necesitar algo de mí, voy a estar dispuesto a ayudarlas y a aportar en lo que sea necesario.

Si quieres conectar realmente con el lenguaje del amor de Dios, y que se sienta inmensamente amado por ti, AMA A PROPÓSITO a las personas, sabiendo que a través de ese amor auténtico que expresas, están gritándole a Dios cuán grande es tu amor por Él. Amar a propósito a alguien es una decisión y un compromiso que haces con Dios, para manifestar que al fin has descubierto cuánto LO amas, y lo importante que es para ti descubrir la forma en que Él se siente infinitamente amado.

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