¿Está usted confundido? ¿Nunca puede encontrar un sendero o propósito en la vida? ¿Parece como si alguien hubiera apagado las luces y usted no puede encontrar el interruptor? Si es así, ¡Jesús es el camino! Jesús proclamó, “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” (Juan 8:12).
¿Alguna vez ha sentido, como que le han cerrado la puerta de la vida? ¿Ha intentado abrir muchas puertas, solamente para encontrar que detrás de ellas todo está vacío y sin sentido? ¿Está buscando una entrada a una vida plena? Si es así, ¡Jesús es el camino! Jesús declaró, “Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos” (Juan 10:9).
¿Siempre se siente defraudado por otra gente? ¿Sus relaciones son superficiales y vacías? ¿Parece como si todos estuvieran tratando de sacar provecho de usted? Si es así, ¡Jesús es el camino! Jesús dijo, “Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas…yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen” (Juan 10:11,14).
¿Se ha preguntado qué sucede después de la vida? ¿Está cansado de vivir para conseguir cosas que solamente corrompen y corroen? ¿Duda alguna vez de que la vida tenga algún significado? ¿Quiere usted vivir después de que muera? Si es así, ¡Jesús es el camino! Jesús declaró, “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente” (Juan 11:25-26).
¿Quién es el camino? ¿Quién es la verdad? ¿Quién es la vida? Jesús contestó, “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6).
El hambre que usted siente es un hambre espiritual, y solamente puede ser saciada por Jesús. Jesús es el único que puede disipar la oscuridad. Jesús es la puerta a una vida satisfactoria. Jesús es el amigo y el pastor que usted ha buscado. Jesús es la vida – en este mundo y en el próximo. ¡Jesús es el camino a la salvación!
La razón por la que se siente hambriento, la razón por la que parece estar perdido en la oscuridad, por la que no puede encontrar significado a la vida, es que usted está separado de Dios. La Biblia nos dice que todos hemos pecado, y por tanto estamos separados de Dios (Eclesiastés 7:20; Romanos 3:23). El vacío que siente en su corazón es por la ausencia de Dios en su vida. Fuimos creados para tener una relación con Dios, y a causa de nuestro pecado estamos separados de Él. Aún peor, nuestro pecado puede causar que estemos separados de Dios toda la eternidad, en esta vida y en la que viene (Romanos 6:23; Juan 3:36).
¿Cómo puede ser resuelto este problema? ¡Jesús es el camino! Jesús, por nosotros, fue hecho pecado (2 Corintios 5:21). Jesús murió en nuestro lugar (Romanos 5:8), tomando el castigo que merecíamos. Tres días después, Jesús resucitó, demostrando Su victoria sobre el pecado y la muerte (Romanos 6:4-5). ¿Por qué lo hizo? Dios mismo contestó esa pregunta, “Nadie tiene mayor amor que éste, que uno ponga su vida por sus amigos” (Juan 15:13). Jesús murió a fin de que nosotros pudiéramos vivir. Si ponemos nuestra fe en Jesús, confiando en Su muerte como el pago por nuestros pecados, todos nuestros pecados son perdonados y lavados. Y así nuestra hambre espiritual será satisfecha. Las luces se encenderán. Tendremos acceso a una vida plena. Conoceremos a nuestro mejor amigo y buen pastor. En definitiva, sabremos que tendremos vida después de morir – ¡una vida resucitada con Jesús en el cielo por la eternidad!
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).
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