martes, 12 de diciembre de 2017

La estatura de Cristo

Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, al hombre perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo. Efesios 4: 11-13, RVC
Resultado de imagen de la estatura de CristoProgresando en la vida cristiana, los creyentes crecerán constantemente «a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo». Probarán con su experiencia «cuál es la anchura, la longitud, la profundidad y la altura del amor de Cristo; en fin, que conozcan ese amor, que excede a todo conocimiento» (Efesios 3: 18 RVC). Sentirán entonces su insignificancia. No estarán listos para proclamar su perfección de carácter, sino para exaltar la de su Redentor. 
Mientras más completa y profunda sea su experiencia en el conocimiento de Jesús, más humilde será el concepto que tendrán de sí mismos.

La verdadera santificación consiste en amar a Dios sobre todas las cosas y a nuestro prójimo como a nosotros mismos. La conversión bíblica inspirará una actividad constante y perdurable, libre de todo egoísmo, de toda exaltación propia y de toda pretensión jactanciosa de santidad. Si estamos verdaderamente convertidos a Dios, podremos ejercer una influencia firme y eficaz del lado de la verdad. El conocimiento inteligente de lo que significa ser cristiano hará de nosotros una bendición dondequiera que vayamos. Ya sea que tengamos uno, dos o cinco talentos (Mateo 25: 15), todos nos dedicaremos al servicio de quien nos los ha confiado, a fin de que no recibamos la gracia de Dios en vano. 
El Señor no tiene como su propósito principal que nuestra luz brille de tal modo que nuestras buenas acciones o palabras causen la alabanza de la gente sobre nosotros mismos, sino que debe ser glorificado y exaltado el Autor de toda bondad. Jesús, en su vida terrenal, dio a los seres humanos un modelo de carácter. iCuán poco poder tuvo el mundo sobre Él, para adecuarlo a sus propias normas! Toda su influencia fue desechada.

No podemos quedarnos estancados; hemos de avanzar o retrocederemos. Donde hay salud espiritual hay crecimiento. «Ese proceso continuará hasta que todos alcancemos tal unidad en nuestra fe y conocimiento del Hijo de Dios, que seamos maduros en el Señor, es decir, hasta que lleguemos a la plena y completa medida de Cristo» (Efesios 4: 13, NTV). No hay límite para el mejoramiento.

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