lunes, 30 de octubre de 2017

De camino a Emaús

“- ¡Qué torpes son ustedes - les dijo -, y qué tardos de corazón para creer todo lo que han dicho los profetas!”
Lucas 24:25 (Nueva Versión Internacional)
Dos de sus discípulos le vieron de camino a Emaús. Jesús se les apareció en medio de su incredulidad, hablando con pesimismo. No obstante, Él les recordó que lo que padeció era parte del plan, y que tal como prometió, el Cristo había resucitado.
Los discípulos esperaban que Jesús les liberara del yugo de los romanos, pero Dios quiso liberar al mundo del yugo del pecado. Hablaron de cómo se sintieron decepcionados porque no ocurrió lo que ellos esperaban, poniendo en duda todas las palabras que Jesús de antemano les había hablado. Estos dos discípulos después de haber visto las obras que Jesús realizó y de haber sido amados por el Mesías, permitieron que la duda entrara en sus corazones por el mero hecho de que Dios no actuó como esperaban. Esta duda endureció sus corazones, al extremo de no creer como verdadero el testimonio de las mujeres que estuvieron en el sepulcro de Jesús. Fue cuando Jesús los confrontó y les dijo: qué tardos de corazón. Sin importarles que fuera el tercer día después de la crucifixión de Jesús, ellos habían perdido la esperanza de que Jesús resucitara. Porque escogieron poner su esperanza en la forma en que ellos querían que Dios actuara,... pero Él tenía un plan mayor.
¿Cómo está tu corazón estos días? ¿Aún crees todas las palabras que ha hablado Jesús a tu vida, o porque Dios no ha actuado como lo esperas tu corazón se ha entorpecido? A pesar de que aún no se cumplan algunas de las palabras que Dios te ha dado, no permitas que haya duda en ti, porque la duda es lo contrario de la fe. Y sin fe es imposible agradar a Dios. Mantén tu corazón como el de un niño que cree toda palabra que le habla su Padre, y así no se entorpecerá.

Aplicación hoy

Si te has encontrado como los dos discípulos en su camino a Emaús, es momento de recordar que Jesús jamás miente. Y que Él ya te ha dado todo por amor. No permitas que la duda entre en ti, porque Él siempre ha sido y será fiel contigo. Hónralo con tu fe. Mantén un corazón agradable a Dios.

Honra a Dios cuando todo indique lo contrario.

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