El
Señor de los ejércitos está con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob. Salmo 46:11
Según el
escritor Daniel Levitin, «en los últimos cinco años hemos creado más
información que en toda la historia humana anterior, y nos llega desde todas
partes». «En cierto sentido, afirma Levitin, nos volvemos adictos a la estimulación». El bombardeo constante de noticias y conocimientos puede
dominar nuestra mente, y en medio del aluvión actual de los medios, se hace cada
vez más difícil encontrar tiempo para estar en silencio, pensar y orar.
El Salmo 46:10 dice: «Estad quietos, y conoced que yo soy Dios»,
recordándonos la necesidad de dedicar tiempo a concentrarnos en el Señor. Para
muchos, un tiempo de quietud es una parte esencial de cada día; un momento para
leer la Biblia, orar y pensar en la bondad y en la grandeza de Dios.Cuando nosotros, como el escritor del Salmo 46, experimentamos la realidad de que «Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones» (verso 1), nuestros temores se desvanecen (verso 2), pasamos de la turbulencia del mundo a la paz de Dios, y se crea una seguridad tranquila de que el Señor tiene el control (verso 10).
Al margen de cuán caótico se vuelva el mundo que nos rodea, podemos encontrar tranquilidad y fortaleza en el amor y el poder de nuestro Padre celestial.
Padre, que podamos aprender a estar quietos y conocer que eres Dios.
Todos los días necesitamos estar quietos para escuchar al Señor.
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