jueves, 8 de junio de 2017

¿Qué queremos?

Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús está en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que está en vosotros. Romanos 8:11
«Vi un coche tirado a caballos como también un hombre que caminaba en la luna», le dijo el anciano a su nieta. Pero, luego, reflexionó: «Qué rápido pasa todo…».
La vida es breve, y muchos acudimos a Jesús porque queremos vivir para siempre. No está mal, pero no entendemos bien qué es la vida eterna. Siempre estamos esperando algo mejor, y pensamos que está a punto de llegar. Entonces, un día, escuchamos como un eco la voz de nuestro abuelo, al preguntarnos adónde y cómo se ha ido el tiempo.

La verdad es que tenemos vida eterna ahora mismo. El apóstol Pablo escribió: «la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte» (Romanos 8:2). Después, afirmó: «Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu» (verso 5). Es decir, nuestros deseos cambian cuando nos acercamos a Cristo. «El ocuparse del Espíritu es vida y paz» (verso 6).
Una de las grandes mentiras de la vida es que necesitamos estar en otra parte, haciendo otra cosa con alguien más, antes de empezar a vivir de verdad. Pero eso sí, cuando encontramos nuestra vida en Jesús, dejamos de lamentarnos por la brevedad de la vida y empezamos a disfrutarla con Él, desde ahora y para siempre. 
Señor, ayúdanos a desear lo que Tú quieres.
Para vivir para siempre, debemos permitir que Jesús viva en nosotros ahora.

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