miércoles, 7 de junio de 2017

Dios es nuestro alfarero

Si en cielo hubiera un departamento de recursos humanos, este sería el único requisito, inútil presentarse.
Cuando pienso esto me pongo en la perspectiva de que Dios realmente puede hacer lo que quiera de mí, sin importar mi nivel, económico o educativo. En otras palabras, no depende de mis méritos o logros. Lo único que debo hacer es presentarme y permitir ser moldeado como el barro en las manos del alfarero.
Resultado de imagen de Dios es nuestro alfareroDebemos comprender que Dios siempre hará lo que sea mejor para nosotros, aunque tengamos que pasar por situaciones difíciles y dolorosas.
“…Palabra de Jehová que vino a Jeremías, diciendo: Levántate y vete a casa del alfarero, y allí te haré oír mis palabras. Y descendí a casa del alfarero, y he aquí que él trabajaba sobre la rueda. Y la vasija de barro que él hacía se echó a perder en su mano; y volvió e hizo otra vasija, según le pareció mejor hacerla. Entonces vino a mí palabra de Jehová, diciendo: ¿No podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de Israel?, dice Jehová. He aquí que como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano, oh casa de Israel…” Jeremías 18:1–6

1)  Dios es nuestro alfarero (vers. 6b).
a) Él nos moldeará.
Es decir, que Él hará los cambios necesarios en nuestra vida.
b) Él quiere hacer de nosotros una vasija perfecta (versos 46)
Pero solo la hará si nosotros estamos dispuestos a permitirle que obre en nuestra vida.
Lo hará si no nos importa ser quebrantados por Él.
Vale la pena soportar el quebranto, porque después que nos haya moldeado seremos totalmente de su agrado (verso 4).
c) El propósito del Señor es mejorarnos.
2)  Nosotros somos el barro (verso 6b).
  • Debemos estar dispuestos a aceptar los cambios que Él haga en nosotros.
  • Él solo hará cambios en nuestra vida que obren para bien.
  • Cuando pasemos por situaciones difíciles, de dolor y quebranto, no debemos desesperarnos.
  • Recordemos que en las situaciones difíciles es Él quien está obrando en nuestra vida.
  • Permitamos que Él nos dé una nueva forma, quitando todas las imperfecciones de nuestra vida.
Conclusión
Dispongamos y determinemos en nuestro corazón y mente permitir que Dios mismo nos moldee y no nos olvidemos que a veces Dios nos quiebra para hacernos de nuevo y mejores.

No hay comentarios:

Publicar un comentario