jueves, 4 de mayo de 2017

Gozo y paz

Y el Dios de la esperanza os llene de todo gozo y paz en la fe, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo. Romanos 15:13«
¿Qué lo hace feliz?». Esta fue la pregunta que leí en la primera página de una revista muy conocida. Al hojearla, descubrí una multitud de artículos destinados a amueblar y decorar la casa, o a crear un jardín más bonito, etc. Vivir en un espacio agradable y confortable puede, sin duda, contribuir al bienestar, pero este privilegio no es accesible a todos.
En cambio, hay una felicidad a la que todos tienen acceso y es gratuita. He aquí os doy nuevas de gran gozo”, dijo el ángel a los pastores cuando Jesús nació. “Os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor” (Lucas 2:10-11). El mundo de aquel entonces ni entendió ni quiso recibir esta buena noticia, pero hoy, todo aquel que se acerca a Jesús con fe puede experimentar el verdadero gozo de la salvación, del perdón y de la vida eterna.
Dios también da la paz: Tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo” (Romanos 5:1). Él mismo hizo la paz “mediante la sangre de su cruz” (Colosenses 1:20). Jesús, muerto y resucitado, dijo a sus discípulos tristes y temerosos: “Paz a vosotros” (Juan 20:21). Creer en el Señor Jesucristo conlleva experimentar esta paz profunda en nuestra conciencia y su gozo en nuestro corazón. Los primeros cristianos de Roma poseían esta felicidad y esta paz, y el apóstol Pablo deseaba que estuviesen rebosantes de ellas.
Cristianos, oremos para que Dios nos ayude a estar llenos de ellas y a transmitirlas a los que nos rodean.
“Por cuanto me has alegrado, oh Señor, con tus obras; en las obras de tus manos me gozo” (Salmo 92:4). “Me hiciste conocer los caminos de la vida; me llenarás de gozo con tu presencia” (Hechos 2:28).

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