sábado, 1 de abril de 2017

¡Que tenga un muy buen día!

Un día me encontraba en la fila de un supermercado, detrás de un hombre que estaba pagando su compra. Cuando terminó, el empleado lo despidió diciendo alegremente: “¡Qué tenga muy buen día!”
Resultado de imagen de Este es el día que el Señor ha hecho; regocijémonos y alegrémonos en él.Para sorpresa del empleado, y mía también, el hombre explotó de ira: “Éste es uno de los peores días de mi vida –gritó–. ¿Cómo cree que voy a tener muy buen día?” Y salió de la tienda estallando en cólera.
Puede ser comprensible la frustración de ese hombre, en el sentido de que todos también hemos tenido días “malos” que no podemos controlar. ¿Cómo puedo tener muy buen día –me pregunto– si no puedo controlarlo? Entonces recuerdo estas palabras: “Este es el día que el Señor ha hecho” (Salmo 118:24).
El Señor ha hecho todos los días, y mi Padre va a demostrar hoy su fuerza a mi favor. Él tiene control sobre todas las cosas, y sabe hasta las cosas difíciles que me van a pasar. Todos los acontecimientos han pasado por su sabiduría y amor, y son oportunidades que yo tengo de crecer en la fe. “Para siempre es su misericordia” (verso 1). “El Señor está a mi favor; no temeré” (verso 6).
Ahora, cuando la gente me despide deseándome muy buen día, contesto: “Yo no tengo control sobre eso, pero doy gracias por lo que sea que suceda, y me regocijo. . . pues éste es el día que el Señor ha hecho.”
Salmo 118:24.
Este es el día que el Señor ha hecho; regocijémonos y alegrémonos en él.

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