miércoles, 19 de abril de 2017

El principio y el fin

“Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David” (Mateo 1:1)¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido?” (Mateo 2:2). “He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros”  (Mateo 1:23). Jesús es Rey y Dios.
“Escribió también Pilato un titulo, que puso sobe la cruz, el cual decía: Jesús Nazareno, rey de los judíos” (Juan 19:21).
“Nosotros tenemos una ley, y según nuestra ley debe morir, porque se hizo a sí mismo Hijo de Dios” (Juan 19:7). Jesús es rechazado como Rey y Dios.
Imagen relacionadaEs curioso como el evangelio termina como empezó. Los evangelistas presentan las evidencias de Jesús como Rey y Dios, y los judíos le crucifican justamente por estos dos motivos, porque no lo quieren como Rey ni Dios. El final de la vida de Jesús está íntimamente ligado con el comienzo.
Los magos preguntan por el “rey de los judíos” (Mateo 2:2) y Pilato pregunta a Jesús: “¿Eres tú el Rey de los judíos?” (Juan 18:33)“Y los soldados entretejieron una corona de espinas, y la pusieron sobre su cabeza, y le vistieron con manto de púrpura; y le decían: ¡Salve, Rey de los judíos!” (Juan 19:2, 3). Y sobre su cruz escriben la causa de su condenación: “Jesús nazareno, Rey de los judíos” (Juan 19:19).

Cuando los principales sacerdotes y los alguaciles dijeron a Pilato que Jesús pretendía ser el Hijo de Dios, Pilato tuvo miedo y preguntó a Jesús: “¿De dónde eres tú?”(Juan 19:9). ¿Tienes un origen divino?  La respuesta a esta pregunta en el contexto sería: “He venido del cielo”, pero Jesús no quiso contestar. “No le dio respuesta”.  Pilato hizo la pregunta porque tuvo miedo de que pudiese ser así.
Los judíos crucifican a Jesús por pretender ser el Hijo de Dios, o sea, Dios, y los romanos le crucifican porque pretende ser Rey. La religión y la política se ponen de acuerdo para deshacerse de Él, cada una por el motivo que le atañe.     
Pilato llevó fuera a Jesús, y se sentó como tribunal… “Entonces dijo a los judíos: ¡He aquí vuestro Rey! Pero ellos gritaron: ¡Fuera, fuera, crucifícale! Pilato les dijo: ¿A vuestro Rey he de crucificar? Respondieron los principales sacerdotes: No tenemos más rey que César” (Juan 19:13-15). La afirmación es rotunda. Históricamente los judíos siempre habían reconocido a Dios como su Rey. Ahora niegan a Jesús y a Dios; no tienen más rey que César. Negando a Jesús, uno niega a Dios. En ese instante Israel es declarado por las autoridades religiosas un estado laico, sin tener a Dios por Rey.

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