Ciertamente llevó él nuestras enfermedades y sufrió nuestros dolores, ¡pero nosotros lo tuvimos por azotado, como herido y afligido por Dios! Isaías 53:4
Cuando le preguntaron si creía que la abulia y
la apatía eran problemas de la sociedad moderna, un hombre bromeó: «No lo sé ni me
interesa».Seguramente, muchas personas desanimadas sienten eso sobre el mundo y los que en él habitan. Pero Jesús entiende bien la confusión y las preocupaciones de nuestras vidas, y le importa lo que nos sucede. Isaías 53, una profecía del Antiguo Testamento sobre la crucifixión de Cristo, nos deja entrever lo que padeció por nosotros. «Angustiado él, y afligido (…); como cordero fue llevado al matadero» (verso 7). «Por la rebelión de mi pueblo fue herido» (verso 8). «Con todo eso, el Señor quiso quebrantarlo, sujetándolo a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad del Señor será en su mano prosperada» (verso 10).
En la cruz Jesús cargó voluntariamente con nuestro
pecado y nuestra culpa. Nadie sufrió jamás como el Señor por nosotros. Sabía lo
que costaría salvarnos de nuestros pecados y, por amor, quiso pagar el precio
(versos 4-6).
Gracias a la resurrección de Jesús, Él está vivo y
con nosotros. No importa la situación que enfrentemos, ya que Jesús entiende y le
importa. Y nos ayudará a atravesarla.
Señor,
gracias porque conoces nuestras circunstancias y te preocupas por
nosotros.
No está aquí, sino que ha resucitado… Lucas 24:6
No está aquí, sino que ha resucitado… Lucas 24:6
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