Cuando oramos el Padre Nuestro, le pedimos a Dios que se haga Su Voluntad. Y aunque sabemos que la Voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta, nos gustaría que nos dejara más claro, qué significado tiene el que se haga Su Voluntad y no la nuestra.
¿Alguna vez has estado tan agradecido a Dios por algo que hizo (quizá un simple favor o quizá un milagro), que quieres hacer también algo para agradarlo y mostrarle tu agradecimiento?
Son muchas cosas las que se nos ocurren que podemos hacer, pero, ¿cuál es la obra que Dios quiere que hagamos?
Los discípulos le hicieron esta misma pregunta a Jesús, y fue precisamente después del milagro que Jesús había hecho de alimentar a miles:
Le preguntaron:
—¿Qué debemos hacer para realizar las obras que Dios quiere que hagamos?
Jesús les contestó:
—La única obra que Dios quiere es que crean en aquel que él ha enviado. Juan 6:28-29
¿Verdaderamente quieres saber qué es lo que Dios quiere que hagas?...Que creas en Quien Él ha enviado.
Puede que pienses que creer en Dios es suficiente, así como cualquiera de las religiones monoteístas:
Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan. Santiago 2:19
Pero creer que Dios existe, no es suficiente.
Quizá creamos que hacer ciertos rituales y seguir algunas tradiciones también agradará a Dios, pero no nos damos cuenta que muchas de éstas, mas bien, invalidan la Palabra de Dios.
invalidando así la palabra de Dios por vuestra tradición, la cual habéis transmitido, Marcos 7:13
Porque ustedes dejan el mandato de Dios para seguir las tradiciones de los hombres. Marcos 7:8
Si realmente queremos hacer algo para agradar a Dios, hagamos lo que Él nos pide:
Jesús les contestó:
—La única obra que Dios quiere es que crean en aquel que él ha enviado. Juan 6:28-29
¿Por qué es tan importante creer en Dios, y además creer lo que Él nos dice?
Porque de esto dependerá en donde pasaremos nuestra eternidad.
El que cree en el Hijo, tiene vida eterna; pero el que no quiere creer en el Hijo, no tendrá esa vida, sino que recibirá el terrible castigo de Dios. Juan 3:36
44 Jesús dijo con voz fuerte: «El que cree en mí, no cree solamente en mí, sino también en el Padre, que me ha enviado. 45 Y el que me ve a mí, ve también al que me ha enviado.
46 Yo, que soy la luz, he venido al mundo para que los que creen en mí no se queden en la oscuridad. 47 Pero a aquel que oye mis palabras y no las obedece, no soy yo quien lo condena; porque yo no vine para condenar al mundo, sino para salvarlo.
48 El que me desprecia y no hace caso de mis palabras, ya tiene quien lo condene: las palabras que yo he dicho lo condenarán en el día último. 49 Porque yo no hablo por mi cuenta; el Padre, que me ha enviado, me ha ordenado lo que debo decir y enseñar.
50 Y sé que el mandato de mi Padre es para vida eterna. Así pues, lo que yo digo, lo digo como el Padre me ha ordenado.» Juan 12:44-50
¿Conocemos las Palabras de Jesús, las creemos, las obedecemos?
Ojalá podamos comprender el gran amor que Dios tiene para con nosotros. Nos ama tanto, que dio a Su Hijo para que pagara en la cruz lo que nosotros merecíamos y así, poder reconciliarnos con Él.
¿Crees que hay alguien que te pueda amar más que el que da su vida para pagar y perdonar tu pecado?
16 »Pues Dios amó tanto al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo aquel que cree en él no muera, sino que tenga vida eterna.
17 Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él. Juan 3:16-17
Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí. Juan 14:6
Jesús ES la Palabra de Dios (Biblia) hecha carne/persona; ve a Jesús, a Su Palabra, porque eso es precisamente lo que hemos estado buscando toda la vida…
para que sean alentados sus corazones, y unidos en amor, alcancen todas las riquezas que proceden de una plena seguridad de comprensión, resultando en un verdadero conocimiento del misterio de Dios, es decir, de Cristo, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento. Colosenses 2:2-3
Las respuestas a TODO lo que necesitamos saber están en CRISTO, en la Biblia; ahí están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento, para ser revelados por el Espíritu Santo que Dios nos ha enviado cuando hemos creído en Jesús.
¿Alguna vez has estado tan agradecido a Dios por algo que hizo (quizá un simple favor o quizá un milagro), que quieres hacer también algo para agradarlo y mostrarle tu agradecimiento?
Son muchas cosas las que se nos ocurren que podemos hacer, pero, ¿cuál es la obra que Dios quiere que hagamos?
Los discípulos le hicieron esta misma pregunta a Jesús, y fue precisamente después del milagro que Jesús había hecho de alimentar a miles:
Le preguntaron:
—¿Qué debemos hacer para realizar las obras que Dios quiere que hagamos?
Jesús les contestó:
—La única obra que Dios quiere es que crean en aquel que él ha enviado. Juan 6:28-29
¿Verdaderamente quieres saber qué es lo que Dios quiere que hagas?...Que creas en Quien Él ha enviado.
Puede que pienses que creer en Dios es suficiente, así como cualquiera de las religiones monoteístas:
Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan. Santiago 2:19
Pero creer que Dios existe, no es suficiente.
Quizá creamos que hacer ciertos rituales y seguir algunas tradiciones también agradará a Dios, pero no nos damos cuenta que muchas de éstas, mas bien, invalidan la Palabra de Dios.
invalidando así la palabra de Dios por vuestra tradición, la cual habéis transmitido, Marcos 7:13
Porque ustedes dejan el mandato de Dios para seguir las tradiciones de los hombres. Marcos 7:8
Si realmente queremos hacer algo para agradar a Dios, hagamos lo que Él nos pide:
Jesús les contestó:
—La única obra que Dios quiere es que crean en aquel que él ha enviado. Juan 6:28-29
¿Por qué es tan importante creer en Dios, y además creer lo que Él nos dice?
Porque de esto dependerá en donde pasaremos nuestra eternidad.
El que cree en el Hijo, tiene vida eterna; pero el que no quiere creer en el Hijo, no tendrá esa vida, sino que recibirá el terrible castigo de Dios. Juan 3:36
44 Jesús dijo con voz fuerte: «El que cree en mí, no cree solamente en mí, sino también en el Padre, que me ha enviado. 45 Y el que me ve a mí, ve también al que me ha enviado.
46 Yo, que soy la luz, he venido al mundo para que los que creen en mí no se queden en la oscuridad. 47 Pero a aquel que oye mis palabras y no las obedece, no soy yo quien lo condena; porque yo no vine para condenar al mundo, sino para salvarlo.
48 El que me desprecia y no hace caso de mis palabras, ya tiene quien lo condene: las palabras que yo he dicho lo condenarán en el día último. 49 Porque yo no hablo por mi cuenta; el Padre, que me ha enviado, me ha ordenado lo que debo decir y enseñar.
50 Y sé que el mandato de mi Padre es para vida eterna. Así pues, lo que yo digo, lo digo como el Padre me ha ordenado.» Juan 12:44-50
¿Conocemos las Palabras de Jesús, las creemos, las obedecemos?
Ojalá podamos comprender el gran amor que Dios tiene para con nosotros. Nos ama tanto, que dio a Su Hijo para que pagara en la cruz lo que nosotros merecíamos y así, poder reconciliarnos con Él.
¿Crees que hay alguien que te pueda amar más que el que da su vida para pagar y perdonar tu pecado?
16 »Pues Dios amó tanto al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo aquel que cree en él no muera, sino que tenga vida eterna.
17 Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él. Juan 3:16-17
Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí. Juan 14:6
Jesús ES la Palabra de Dios (Biblia) hecha carne/persona; ve a Jesús, a Su Palabra, porque eso es precisamente lo que hemos estado buscando toda la vida…
para que sean alentados sus corazones, y unidos en amor, alcancen todas las riquezas que proceden de una plena seguridad de comprensión, resultando en un verdadero conocimiento del misterio de Dios, es decir, de Cristo, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento. Colosenses 2:2-3
Las respuestas a TODO lo que necesitamos saber están en CRISTO, en la Biblia; ahí están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento, para ser revelados por el Espíritu Santo que Dios nos ha enviado cuando hemos creído en Jesús.
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