El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia; el amor no es jactancioso, no se envanece, no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, sino que se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, cesarán las lenguas y el conocimiento se acabará. 1 Corintios 13:4-8

Cuando hablé con la muchacha, descubrí que amaba profundamente a su madre, pero que el amor asfixiante de la mamá la sofocaba.
Anhelaba ser libre.
Al ser imperfectos, todos luchamos en nuestras
relaciones interpersonales. Ya seamos padres o hijos, solteros o casados, nos
cuesta expresar el amor hacia los demás de manera adecuada, y decir y hacer lo correcto en el
momento apropiado. Pero debemos saber que el amor va madurando durante toda la vida.
En 1 Corintios 13, el apóstol Pablo describe el amor perfecto. Sus estándares suenan maravillosos, pero ponerlos en práctica puede resultar desalentador. Gracias a Dios, tenemos a Jesús como ejemplo. Al interactuar con personas con diversas necesidades y circunstancias, nos demostró cómo es el amor perfecto puesto en acción. A medida que caminemos con Él, permanezcamos en su amor y llenemos nuestra mente con su Palabra, pues así lo reflejaremos cada vez más. Seguiremos cometiendo errores, pero Dios puede resolverlos y sacar algo bueno de cada situación, ya que su amor «todo lo soporta» y «nunca deja de ser».
En 1 Corintios 13, el apóstol Pablo describe el amor perfecto. Sus estándares suenan maravillosos, pero ponerlos en práctica puede resultar desalentador. Gracias a Dios, tenemos a Jesús como ejemplo. Al interactuar con personas con diversas necesidades y circunstancias, nos demostró cómo es el amor perfecto puesto en acción. A medida que caminemos con Él, permanezcamos en su amor y llenemos nuestra mente con su Palabra, pues así lo reflejaremos cada vez más. Seguiremos cometiendo errores, pero Dios puede resolverlos y sacar algo bueno de cada situación, ya que su amor «todo lo soporta» y «nunca deja de ser».
Señor,
ayúdame a seguir tu ejemplo de amor.
Para mostrar su amor, Jesús murió por nosotros; para mostrar nuestro amor, nosotros vivimos para Él.
Para mostrar su amor, Jesús murió por nosotros; para mostrar nuestro amor, nosotros vivimos para Él.
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