viernes, 10 de febrero de 2017

La ley del Espíritu de vida para los creyentes nuevos

Consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. Romanos 6:11
La ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. Romanos 8:2
Ustedes que han creído en el Señor Jesús, que se volvieron a Él y le confesaron sus pecados, que lo aceptaron como Señor de sus vidas, ¿saben que Dios les perdonó todos sus pecados? Sin embargo siguen siendo atraídos por ciertos pecados. Pues ¡no se desanimen! La salvación no se limita al perdón de los pecados, también engloba la liberación del poder del pecado. ¿Cómo nos libera Dios del poder del pecado?
– Nos enseña quemorimos con Cristo” (Romanos 6:8), que estamos muertos al pecado (6:2). Un muerto ya no puede ser tentado, por lo tanto, si una tentación me asedia, puedo responder: "Estoy muerto", "no tengo interés en esa propuesta". Mi nueva vida tiene otros alimentos muy valiosos.
De hecho, por sí misma esta vida nueva no tiene fuerza, pero Dios la coloca bajo una ley más poderosa, “la ley del Espíritu de vida”. La ley del pecado sigue estando presente, pero la ley del Espíritu de vida es más poderosa.
Si usted cree que puede actuar por sus propias fuerzas, si deja de depender del Señor, está en gran peligro de caer en el mal (Proverbios 16:18). Pero si vive por el Espíritu, unido siempre al Señor en pensamiento, saldrá victorioso y no cumplirá los deseos de la carne (Gálatas 5:16). Lo que lo libera no es lo que usted hace, sino el hecho de estar unido a Jesucristo, resucitado de entre los muertos, su poderoso libertador (Romanos 7:24-25), mediante el Espíritu Santo que habita y actúa en usted.

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