Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano. 1 Corintios 15:58
Un asesor financiero describe así
la realidad de las inversiones dinerarias: «Espera lo mejor y prepárate para lo
peor». En casi todas las decisiones de la vida queda la incertidumbre respecto
a los resultados. Sin embargo, hay un camino que podemos seguir en el que, al final del
cual y sin importar lo que suceda, el esfuerzo no será en vano.
El apóstol Pablo pasó un año con los creyentes de
Corinto, una ciudad conocida por su corrupción moral. Cuando se marchó, les
mandó una carta donde los exhortaba a no desanimarse ni sentir que su testimonio
para Cristo carecía de valor. Les aseguró que el Señor volvería un día y que hasta la muerte sería conquistada (1 Corintios 15:52-55).
Permanecer fieles al Señor puede que sea difícil, desalentador e, incluso, peligroso, pero nunca carece de propósito ni implica tiempo o esfuerzo malgastados. Cuando caminamos con el Señor y damos testimonio de su presencia y poder, ¡nuestra vida no es en vano! Podemos estar totalmente seguros de que es así.
Permanecer fieles al Señor puede que sea difícil, desalentador e, incluso, peligroso, pero nunca carece de propósito ni implica tiempo o esfuerzo malgastados. Cuando caminamos con el Señor y damos testimonio de su presencia y poder, ¡nuestra vida no es en vano! Podemos estar totalmente seguros de que es así.
Señor, en los días de incertidumbre, nos aferremos a tu promesa de que nuestro
trabajo para ti cumplirá tu propósito y será de enorme valor ante tus
ojos.
Nuestra vida
y testimonio para Cristo nunca son en vano.
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