lunes, 9 de enero de 2017

Hábitos de un cristiano

Salmo 23:1  Jehová es mi pastor, nada me faltará.
¿Qué es provisión? Del latín “provisio”, provisión es la acción y el efecto de proveer (facilitar lo necesario para un fin). También  significa: abastecimiento- abasto-acopio- almacenamiento- aprovisionamiento-bastimento.
Un hábito de un cristiano es buscar en la fuente correcta e inagotable que es Dios. Quizá lo has estado buscando toda tu vida en el lugar incorrecto, o quizás lo has dejado de buscar en el lugar correcto, y tu corazón lo ha hecho en lo vano, en lo perecedero, en lo limitado.
Resultado de imagen de Hábitos de un cristianoRuego a mi Padre Dios que este mensaje llegue a tu corazón, y nos ayude a comprender la búsqueda correcta del sustento que es Dios.
El dialogo con el dueño de todo tiene que ser constante.
No puedes conocer al Dios de la provisión plena si no charlas con Él; ¿cuántas veces le oras? La biblia nos dice que debemos orar sin cesar, Dios nunca se va cansar de nuestras oraciones, Él se deleita, se alegra y es de gran gozo para Él poder escuchar tus peticiones.
Dios produce en nosotros el deseo de buscarlo; jamás lo encontrarás y te moverás por ti mismo a buscarlo. Él es el que produce en nosotros el querer como el hacer, quien provee todo lo necesario para vivir como ovejas dignas.
La provisión de Dios se lleva a cabo con una buena preparación, entrenamiento, estableciendo tiempos de oración constante a nuestro Padre celestial, y esfuerzo al leer la Palabra, pasando mucho tiempo charlando.
Dios contagia confianza y descanso. El cristiano también debe contagiar confianza y descanso.
Dios cuida de nosotros. Es una verdad, no es una verdad a medias; si tenemos el hábito de dialogar con Él, veremos que Dios es confianza y descanso, lo que provoca que la gente corra a nosotros porque contagiamos confianza, nos presentaran sus motivos de oración, y nuestras palabras serán sabias a la hora de aconsejar.
En Dios tenemos protección segura, lo que produce en nosotros una absoluta confianza en Él, y por consiguiente, la gente que nos rodea va a confiar en nosotros, no dudará ni sospechará de nosotros. Estos son hábitos buenos de un cristiano.
Da siempre palabras de ánimo y bendición, de amor incondicional, aceptando a las personas con sus luchas, alegría de una casa sana, de una casa triunfante.
Debes sentirte honrado de ser encargado de alimentar, proteger y cuidar las vidas que todavía no conocen al Señor.
Entendemos quién es Dios y la forma de Su sustento como resultado de una íntima y constante comunión con Él. Entenderemos que así como Él nos cuida, así nosotros somos embajadores en un mundo caído por el pecado, para llevar las buenas nuevas del evangelio; nos sentiremos con esa responsabilidad y nos sentiremos honrados por ser dignos en el ministerio.
Tenemos un mandato de Dios. Por más que las luchas sean difíciles y no veas cambios fructíferos en tu ministerio, el Señor es el dueño de la mies y da el crecimiento en el tiempo que Él disponga. Nuestro deber amigo, hermano, clérigo, anciano, diacono o pastor, es seguir trabajando para Dios y mostrar esos buenos hábitos de un buen cristiano. A Dios la gloria.

No hay comentarios:

Publicar un comentario