miércoles, 11 de enero de 2017

Cada mañana

...porque nunca decayeron sus misericordias; 23 

nuevas son cada mañana. ¡Grande es tu fidelidad! Lamentaciones 3:22-23

Las manecillas del reloj indican las 5 de la mañana, cuando Rosario abre la ventana y respira profundamente. La rutina de su vida va a empezar. Desde hace tiempo ha perdido la alegría de vivir. La vida se le antoja monótona, triste, sin sentido.
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Hay momentos así: todo parece estar en su sitio. Intentas, luchas, te arriesgas… pero tienes la impresión de estar nadando contra corriente. Miras al cielo. Ves un avión surcando los aires, y piensas que las personas que están dentro de ese avión sí deben ser felices; después de todo, están allí, viajando, paseando y disfrutando de la vida. Entonces, ¿cuál es el problema contigo? ¿Por qué las cosas nunca te funcionan? ¿Por qué Dios da mucho a unos, y nada a otros?
Se trata de la misericordia divina. La misericordia es el amor elevado... a la infinita potencia; es la plenitud del amor. Jeremías, el autor del libro de Lamentaciones, afirma que la misericordia de Dios se renueva cada mañana, y que la fidelidad divina a sus promesas es grande. La palabra «grande», en el hebreo original, es rab, que significa abundante, ilimitada.
¿Ilimitada? ¿Para quién? Porque para ti todo sigue igual. El sol sale como todos los días, y tienes que levantarte aunque no sientas ganas de cumplir con tus responsabilidades. iEspera, espera! Antes de continuar, vamos a reflexionar en lo que acabas de pensar: «El sol sale como todos los días». iAh! El sol sale. ¿Y si no saliera? ¿Qué ocurriría con el planeta si el sol, un día, decidiese no salir? ¿Has pensado en esa posibilidad? No, claro que no. ¿Y por qué? iPorque es obvio que el sol va a salir! Pero lo que Jeremías está diciendo es precisamente que, a veces, no te das cuenta de cómo el amor de Dios se manifiesta en un detalle tan insignificante y rutinario como es la salida del sol.

Cada mañana, cuando las sombras de la noche desaparecen, Dios te está diciendo: «Hijo, la noche se fue; hoy es un nuevo día. Deja de lamentarte. Levanta la cabeza y mira el sol: hoy tienes una nueva oportunidad. Hoy todo puede ser diferente si confías en mí». 
Por eso hoy, antes de partir para encarar las luchas del día, recuerda que las expresiones del amor de Dios «son nuevas cada mañana y grande es su fidelidad».

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