martes, 18 de octubre de 2016

Morir por otros

Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas. Juan 10:11
Me encantan las aves. Por eso, compré seis pájaros enjaulados y los llevé a casa para nuestra hija, quien empezó a cuidarlos todos los días. Pasado un tiempo, uno se enfermó y murió, y nos preguntamos si vivirían mejor fuera de la jaula. Entonces, liberamos a los cinco sobrevivientes y vimos cómo se iban volando felices.

Mi hija comentó: «Papá, ¿te diste cuenta de que la muerte de un pájaro hizo que liberáramos al resto?»
Esto es lo que hizo el Señor Jesús por nosotros. Así como el pecado de un hombre, Adán, trajo la condenación al mundo, el Varón justo, Jesús, trae salvación a quienes creen en Él (Romanos 5:12,19). Jesús declaró: «Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas» (Juan 10:11).
Juan lo hace más práctico al señalar que, como Cristo «puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos» (1 Juan 3:16). Esto no habla de morir físicamente, sino de seguir el ejemplo de amor sacrificial de Jesús. Por ejemplo, podríamos decidir privarnos de cosas materiales para compartirlas con otros (verso 17), o dedicar tiempo para estar con alguien que necesita consuelo y compañía. ¿Por quién debes sacrificarte hoy?

¿Cómo se han sacrificado otros por ti?
El sacrificio supremo de Cristo por nosotros nos motiva a sacrificarnos por los demás.

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