«Jesús, por su parte, solía retirarse a lugares solitarios para orar». Lucas 5: 16, NVI

¿Por qué Jesús se retiraba a lugares solitarios a orar? «Ninguna vida estuvo tan llena de trabajo y responsabilidad como la de Jesús, y, sin embargo, muy a menudo se le encontraba en oración, era constante su comunión con Dios. En una vida completamente dedicada al beneficio ajeno, el Salvador hallaba necesario retirarse de los caminos muy transitados y de las muchedumbres que le seguían día tras día. Debía apartarse de una vida de incesante actividad y contacto con las necesidades humanas, para buscar retraimiento y comunión directa con su Padre. Como uno de nosotros, copartícipe de nuestras necesidades y debilidades, dependía enteramente de Dios, y en un lugar secreto de oración buscaba la fuerza divina, a fin de salir fortalecido para hacer frente a los deberes y pruebas. Por medio de la comunión continua, recibía vida de Dios a fin de impartirla al mundo. Su experiencia ha de ser la nuestra».
Para una generación que ora deseando cruzar al otro lado, no hace falta ser un genio para sugerir que, en el estado actual de la civilización de la tierra, esa hora final será como en el caso de los ratones drogados con anfetamina. Por lo tanto, es absolutamente imprescindible que mantengamos y protejamos nuestra soledad cotidiana con Jesús pase lo que pase. El enemigo de todos nosotros sabe que, si puede atraernos a la conformidad con los patrones sociales y la cultura caída de esta sociedad, el frenesí absoluto de intentar imitarlos nos destruirá. Por el bien de su alma y de su misión, nuestro Maestro y Ejemplo se apartaba a menudo a lugares desiertos para orar. Por el bien de nuestra alma y de nuestra misión, ¿podemos permitirnos el lujo de obrar de forma distinta?
No hay comentarios:
Publicar un comentario