miércoles, 21 de diciembre de 2016

Sus beneficios

Un coro cantado en la congregación dice: Alabar a Dios cuando las cosas te vayan bien, ¡qué bueno es! Alabar a Dios cuando en la vida no hay problema ¡qué cosa buena! Decirlo de esta manera nos emociona hasta el límite de sentir la presencia de Dios en la piel.
El dilema está cuando nuestra alabanza a Dios fluye en medio de las vicisitudes y pruebas, porque por lo general, nuestras mentes están acostumbradas a considerar nuestra devoción al Señor, dependiendo de cuánto sea capaz de solventar todas nuestras dificultades; consideramos injusto que nosotros, “sus escogidos”, tengamos que atravesar por penurias sobre esta tierra, a pesar de que conocemos que en el mundo tendremos aflicción tal como establece la escritura en Juan 16:33.
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Con frecuencia olvidamos que tenemos muchas razones por las cuales bendecir a Dios.
Él ha sido bueno y misericordioso en todo tiempo. Cuando estábamos irremisiblemente condenados a la vergüenza eterna nos sacó del lodo cenagoso, y cuando estuvimos tristes Él fue nuestra fuente de gozo.
Acusamos a Dios cuando no tenemos dinero, olvidando que pisaremos calles de oro, que no tendremos comida pero a diferencia de otros tenemos salud, en comparación con otros que tienen úlceras y cáncer en el estómago, que nos duele una pierna cuando otros andan en silla de ruedas, que se nos estropeó el coche sin tener en cuenta que otros andan haciendo autoestop.... 
Cada uno de nosotros tiene muchas razones por las que bendecir y alabar a Dios, como que Él siempre está ahí para consolarnos en medio de la podredumbre de estos tiempos difíciles que nos ha tocado vivir, para levantarnos y curar nuestras heridas en todo momento, sea bueno o malo, en fin, en todo nuestro andar por esta vida.. Bendice y alaba su nombre en este día.
¿Ha sido bueno Dios contigo? Piensa solo en tu vida, en tu familia, en tus amigos, en tu salud, en tu alegría… 
Bendice, alma mía, a Jehová, Y bendiga todo mi ser su santo nombre. Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios…” Salmo 103:1-2
Que puedas ver hoy, que tienes muchas más razones para alabar su nombre y bendecirlo, que para vivir quejándote. Es mi consejo que disfrutes en toda su plenitud por lo que tienes y dejes de sufrir por lo que aun no has alcanzado.

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