viernes, 23 de diciembre de 2016

Estimula al cambio

Es un secreto a voces que el mundo va de mal en peor, que el pecado siempre ha sido pecado. Pero si nos detenemos a hacer un análisis de lo que era considerado pecado en los años cincuenta, tendrían que ser consideradas como tal, las malas crianzas de niños que desagradaban al padre.
Resultado de imagen de Estimula al cambioYo era un niño que, en mi pobreza, siempre destacaba por mi mala conducta, que cobraba matices espeluznantes según decían los padres de los niños pudientes, porque les jalaba el pelo, les ponía motes y les tiraba cosas en mi afán por hacerles creer que yo era más digno de respeto que ellos.
Hoy en las escuelas, los niños llevan armas que han sido causa de numerosos muertos, y además, el llamado bulling hace estragos cada vez más terribles entre el estudiantado a nivel mundial, se consumen drogas y hasta se tiene sexo en los baños, sin mencionar que se aprueba que una pareja de homosexuales o lesbianas se sienten en un aula con las manos tomadas de manera muy romántica, ¿hablamos de lo que hoy es pecado y ayer no lo era?
No se trata de discutir eso ahora, lo que sí se debe dejar claro es que como hombres y mujeres de Dios, tenemos una alta dosis de responsabilidad por lo desatinado que se encuentra el mundo.
¿Por qué hay tantos problemas, guerras, enfermedades, hambre, conflictos, pobreza, injusticia, miedo y tantas familias divididas? ¿De dónde vienen estos conflictos? ¿Cuál es la solución para ellos? ¿Cómo lograr un mundo de paz?
No hay que buscar una nueva revelación ni libros de psicología humana, para enfrentar los retos de nuestra contemporaneidad, pues la Biblia nos da la explicación y la solución.
Hay siempre cosas que debemos saber y debemos hacer, para ayudar en el proceso de transformar este mundo tan desatinado y encontrar una verdadera armonía. Pero ante todo, la fórmula no es otra que entender esta verdad: ¡El proceso comienza cambiando nosotros!
¿Te preocupa el deterioro moral del mundo? Aun conociendo lo que dicen las escrituras en relación a los tiempos finales, esto no es óbice para que te cruces de brazos.
“…Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos…” (Mateo 5:16)

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