jueves, 8 de diciembre de 2016

Caminó con Dios

Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque lo llevó Dios. (Génesis 5:24)
Si Dios se lleva a los miembros de su Iglesia al cielo será porque éstos caminaron con Él en esta tierra, recibiendo fuerza y sabiduría celestial para estar en condiciones de servirlo como se debe. 
Resultado de imagen de EnocDios llevará a los hombres y mujeres, que ahora oran con humildad y contrición, y que no entregan su corazón a la vanidad. Representan a Cristo en su trato con los creyentes y antes, incrédulos. 
Los que no se complacen en pensar en Dios y en hablar de Él en este mundo, no gozarán de la vida venidera, donde el Señor estará siempre presente morando entre su pueblo. En cambio, aquellos que se deleitan en pensar en Dios se encontrarán en su elemento, pues aspiran la atmósfera del cielo. Los moradores de la tierra que gozan al pensar en el cielo se sentirán felices cuando disfruten de la sociabilidad y placeres que brindará el Paraíso.

“Bienaventurados los de limpio corazón; porque verán a Dios.” Mateo 5:8

Durante trescientos años, Enoc había tratado de conseguir la pureza del alma para poder estar de acuerdo con el Cielo. Durante tres siglos anduvo con Dios. Día tras día anhelaba una unión más estrecha; la comunión con el Señor fue creciendo cada vez más, hasta que Dios se lo llevó consigo. Se había mantenido sobre el umbral del mundo eterno, separado de la tierra bienaventurada por solo un paso; y de pronto los portales se abrieron, y su prolongado andar con Dios sobre la tierra continuó al pasar por la puerta de la Santa ciudad. Fue el primer hombre que entró allí. 


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