domingo, 27 de noviembre de 2016

¿Estas enamorado o encaprichado?

Según cierto estudio hecho por unos psicólogos, una persona medía experimenta el flechazo de cupido de 7 a 10 veces durante su vida. Según esto, necesitamos preguntamos: cuando la llama del amor llega, ¿cómo puedo saber si es amor genuino o solamente encaprichamiento?
¿Estas enamorado o encaprichado?Posiblemente algunas personas te dirían, “No te preocupes, cuando llegue tu ‘príncipe azul’ o tu ‘princesa’, tú lo SABRÁS, experimentarás cosquilleos en el estómago, falta de apetito y caminarás sobre nubes”. Pero no es tan sencillo. Hay mucha similitud entre el amor genuino y el amor falso y por lo tanto, algunos jóvenes se confunden y se casan prematuramente, solo para darse cuenta que ese “sentir romántico” no era base suficiente para un matrimonio feliz.
Para ayudarte a saber si en verdad estás enamorado o si estás encaprichado, ahí van diez indicios con los cuales calificar tu relación. Pero antes de mencionarlos, veremos que hay varios factores que concurren en ambos, en el amor genuino y en el amor falso. Aquí hay tres de ellos:
1. Fuerte atracción sexual.
2. Deseo de estar juntos.
3. Extrañas y nuevas emociones.
Algunos creen que están enamorados porque experimentan uno o más de estos factores, pero ellos no indican necesariamente el verdadero amor.
Ahora sí, veamos:
1. Si estás encaprichado, tu mayor interés es la apariencia física de la otra persona y el contacto físico. Son pocos los factores que te atraen.
Si estás enamorado, tendrás un interés completo en la persona global de él / ella. Hay muchas cualidades que te atraen.
2. El encaprichamiento tiende a empezar muy rápido.
El amor habitualmente empieza despacio.
3. Cuando es encaprichamiento, tu interés en la otra persona será fluctuante, muy intenso y seguro un día, pero con dudas otro.
En el amor genuino, la relación es más constante, va en ascenso.
4. El encaprichamiento tiene un efecto destructivo sobre tu personalidad, te hace menos eficiente, menos útil en tu trabajo o tareas escolares.
El amor tiene un efecto constructivo sobre tu personalidad, te da una nueva energía, interés en la vida, confianza en ti y seguridad.
5. Cuando estás encaprichado, casi todo tu mundo gira en derredor de la otra persona. Tiendes a perder interés en tus amigos, tu familia y cosas que antes te gustaban. Tu relación tiende a ser exclusiva.
Cuando es amor real, tu mundo se expande para incluir a tu amado. Aunque él / ella llena tus pensamientos,  no abandonas tus otras relaciones. Tu mundo ya es más grande.
6. El encaprichamiento, no el amor, es ciego; ve únicamente lo que quiere ver. Posiblemente hay grandes obstáculos en tu relación, diferencias de religión, valores, cultura, etc., pero no haces caso a las señales de peligro. Si estás enamorado, no estarás ciego a los obstáculos y tomarás tiempo para decidir si se les puede vencer o no.
7. Cuando es nada más encaprichamiento, la relación se morirá si hay una separación por algún tiempo.
Cuando es amor, puede sobrevivir a una separación y aun crecer más fuerte.
8. Cuando es solamente encaprichamiento, los conflictos matarán la relación, pues estos serán más frecuentes y más intensos.
El amor sobrevive a los conflictos y llegarán a ser menos frecuentes e intensos.
9. Sí estás encaprichado, tu relación será mayormente egoísta, piensas en lo que él / ella puede hacer por ti; es una relación de recibir.
Si estás enamorado, tú piensas aún más en la otra persona y su felicidad que en ti mismo. Es una relación de dar.
10. Si es encaprichamiento, los celos son frecuentes e intensos a causa de la inseguridad.
Si es amor, habrá menos celos. Es natural que haya algo de ellos en cada uno de nosotros, pero el amor provoca confianza y seguridad.
Después de leer estos diez indicios, si te das cuenta que estás encaprichado y no enamorado, espera y sigue orando. El tiempo es tu mejor amigo, porque es el gran revelador y gran sanador. Si tu corazón ha sido quebrantado, el tiempo lo sanará. También el tiempo puede cuidarte de arrojarte a un matrimonio no sano, basado en el amor falso. Un buen consejo seria: Cuando hay duda, espera. A veces el encaprichamiento llega a convertirse en amor, pero no siempre. Toma bastante tiempo y observa qué sucede con tu relación. ¿La espera la desbarata? ¿O la hace florecer? Casarse demasiado rápido se puede comparar con escupir en la cara a un león. Posiblemente vas a sobrevivir, algunos pocos lo han hecho; pero no te confíes, porque el riesgo es demasiado grande.
Si tu amor es real, y esta persona es la que Dios tiene para ti, el tiempo lo revelará.
¿POR QUÉ ESPERAR HASTA EL MATRIMONIO?
Hay muchas razones por las cuales uno no debe tener relaciones sexuales antes del matrimonio, pero mencionaremos solo tres:
1. Riesgo de un embarazo. De las miles y hasta millones de muchachas que salen embarazadas antes del matrimonio, casi todas decían, “Yo nunca pensaba que me sucedería a mí”.
2. Destruye la confianza. Si uno tiene relaciones sexuales antes del matrimonio, va a destruir la confianza y el respeto mutuo tan importantes para un matrimonio maravilloso. Siempre habrá una pequeña duda: “Si él no pudo controlarse y esperar hasta el matrimonio ¿cómo puedo confiar en que él siempre me será fiel caso de que tuviéramos que estar separados por algún tiempo?”
El amor puede esperar hasta el tiempo correcto, pero la lujuria demanda satisfacerse inmediatamente. ¿Quieres que tu matrimonio esté basado en el amor o en la lujuria?
3. Dios dice que No. La razón más importante de todo es: porque Dios dice que es pecado. El no es un “quita placeres”; cuando Él dice “No” es porque sabe que algo nos va a dañar y robar el verdadero placer futuro.
“¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios …heredarán el reino de Dios. Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca. ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo… “ I Corintios 6:9,19-20.
Dios nos dio una conciencia y es imposible desobedecer sus mandamientos sin sufrir las consecuencias. Y ¿cuáles son las consecuencias? Una es la culpabilidad. Posiblemente tus padres o tu pastor nunca sabrán de tu pecado, pero jamás podrás escapar de tu conciencia que te dirá, “Culpable, culpable”.

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