miércoles, 15 de junio de 2016

Favor y Gracia

Decimos que contamos con el “favor de alguien” cuando esa persona hace algo por nosotros que no esperábamos. A eso lo llamamos “tener gracia” con él o ella.
Es curioso, pero muchas personas esperan de otras recibir favores y gracia más que de Dios. Quizá porque consideran, equivocadamente, que el favor de Dios es algo que se merece. ¡Qué va!, veamos un concepto diferente basado en el amor del Padre Celestial.

Si lo que tienes en la mente sobre Dios es “a un viejo de barbas blancas sentado en el cielo con cara de molestia, esperando para llamarte la atención por lo que haces mal”, tienes una imagen de Dios distorsionada; Él no es así, no luce así y no actúa así.
Por el contrario, para Él somos “las más preciosas joyas que existen”; por eso debes saber que el Señor es el más grande, más poderoso y más amoroso ser que haya existido y que existirá, porque Él es Amor.

Por eso debes esperar de Él bondad, favor y gracia. Hoy Él te quiere sorprender con su bondad; si has recibido algo de Dios, en realidad tú no has visto nada todavía.
Escrita está la promesa de que “la gloria postrera será mayor que la primera” (Hageo 2:9). Dios tiene para “aquel que cree” un mejor futuro en el que superará lo que hizo en el pasado. Ya sea por ti o por tu familia, padres, abuelos, etc., Él lo va a superar y tú lo vas a poder ver y experimentar. No dejes de soñar, de creer y de aumentar la visión. Confía en que el Señor te dará ideas nuevas, esperanzas nuevas, fuerzas renovadas, conocerás personas, llegarás a lugares nuevos, te vendrán respuestas para lo que ha estado atascado, y podrás experimentar cómo el favor y la gracia de Dios superan infinitamente al favor humano. Vuelve tu mirada hacia el Señor, espera en Él, y Él hará.
“Señor, perdón por pensar equivocadamente de ti, por la imagen que había tenido en mi mente. Creo que eres un Dios de amor, de bondad y de favor. Sé que puedo confiar en los grandes planes y cosas que tienes para mi futuro. Te entrego toda mi confianza y todo lo que soy para ser más como Tú, lo creo y declaro en el nombre de Jesús. Amén”.
“La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera” -dice el Señor de los ejércitos- “y en este lugar daré paz”-declara el Señor de los ejércitos”. Hageo 2:9 (LBLA)

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