jueves, 16 de junio de 2016

Destruido totalmente

Si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. 2 Corintios 5:17
Después de tres años de estar consumiendo drogas, estaba destruido. Eso era lo único que me interesaba. Sí, había decidido ir a las Antillas para vivir como quería. Ya estaba allí, cuando una noche, en la selva tropical, cautivado por la atmósfera de aquel lugar, yo, que nunca había orado, me puse espontáneamente a hablar con el Creador. Fue una experiencia profunda y marcada por una gran paz, el sentimiento de una presencia que me envolvía… ¡Estaba muy sorprendido!
Esta oración fue el comienzo de una nueva vida. Empecé a leer el evangelio, y las palabras de Jesús me parecieron claras, las creí y me fueron transformando… Dejé de robar, de mentir y de drogarme. Luego volví a Francia para reencontrarme con mi familia, a la que había abandonado tan egoístamente. Allí encontré trabajo y conocí a verdaderos creyentes que, al igual que yo, habían tenido ese encuentro con Jesús.
Estaba destruido totalmente, pero Dios se ocupó de mí, como un Padre lleno de amor. Pasé por momentos muy difíciles, pero el Señor siempre me sostuvo y nunca di marcha atrás… Me dio el gozo de casarme con una cristiana fiel y formar el hogar que ahora tenemos con nuestros tres hijos. También me concedió el gran gozo de ver cómo mis mejores amigos descubrieron por sí mismos esas realidades, y experimentaron también grandes cambios. Hoy en día tienen hogares sólidos, y comparten su fe en aquel que dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida” (Juan 14:6).


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