Esperar para dar un paso tan loable no es recomendable, ya que el tiempo te hará creer que ya todo está olvidado y que no hace falta que te disculpes. Al contrario, mi querido hermano(a), el tiempo puede que no sea tu mejor amigo cuando de reconocer un error se trata.
¿Qué debo hacer?
En primer lugar, reconoce que te equivocaste. Esa es la primera parte. Puede parecerte difícil reconocer que ofendiste, lastimaste, fastidiaste a una persona pero cuando lo haces, la manera de pensar cambia y el corazón reafirma lo que la razón grita a voces.
Reconozca que se equivocó en estos momentos, no espere más, de lo contrario terminará ignorando su mala acción y se acostumbrará a vivir así.
Luego...
Después de haber reconocido su error para usted mismo, es hora que lo reconozca ante aquella persona a la que usted ofendió.
No tenga miedo
Reconocer los errores e ir a pedir perdón es de hombres y mujeres de valor, íntegros. No crea que va hacer el ridículo, al contrario hermano(a), usted hará un acto tan noble como admirable. No es fácil pedir perdón porque nuestra naturaleza humana tiende a ser orgullosa e incluso egocéntrica. Pero ¿acaso no es tiempo de dejar todo eso atrás?
Sonría
Sí, no es una broma que sonría cuando vaya a pedir perdón. La sonrisa que emita será cálida, sincera, llena de arrepentimiento y mansedumbre, y la persona a la que usted le pedirá perdón lo sentirá.
Si recibe reproches
Imaginemos que aquella persona a la que usted ofendió y por la que se encuentra frente a ella para pedirle perdón, lo trata mal y empieza a reprocharle. Por favor, escuche todo lo que esa persona le diga, no se moleste, ni exalte ni crea que usted se está degradando por escucharla.
Recuerde que toda acción conlleva una reacción. No se desanime, ya que todo ello le servirá para su propia experiencia. Recuerde también que de los errores se aprende y en las manos de Dios, todos, absolutamente todos nuestros errores tienen un buen propósito.
Además, todos los reproches que usted reciba serán, nada más y nada menos, que los restos de una herida que ya está próxima a sanar gracias a la decisión de usted de ir a pedir perdón.
Recuerde que toda acción conlleva una reacción. No se desanime, ya que todo ello le servirá para su propia experiencia. Recuerde también que de los errores se aprende y en las manos de Dios, todos, absolutamente todos nuestros errores tienen un buen propósito.
Además, todos los reproches que usted reciba serán, nada más y nada menos, que los restos de una herida que ya está próxima a sanar gracias a la decisión de usted de ir a pedir perdón.
Abra su corazón
Cuando abrimos nuestro corazón, las estrellas brillan, el sol sonríe y las gotitas de lluvia saben a miel. Dese la oportunidad de mostrar lo que en ese hermoso corazón existe. Además, si usted ha ido a pedir perdón, a reconocer una falta, es porque definitivamente ese corazón está cobrando una forma divinamente hermosa. Hable con la verdad y con un corazón lleno de autenticidad.
Hable con Dios
Antes de abrir la puerta de su casa, coger las llaves, tomar el autobús o conducir su coche en dirección a la casa de esa persona, por favor ore, hable con nuestro padre celestial y dígale las intenciones de su corazón. Aunque Él ya lo sabe, necesita oírlo decir de los labios de su hermosa creación, usted.
Hágalo parte de sus planes, permita que Él lo dirija en cada palabra que le diga a dicha personita que, al igual que usted, también se encontrará nervioso(a).
Aprenda de sus errores y que esto le sirva para que la próxima vez lo piense más, antes de decir o hacer ciertas acciones que no le traerán nada edificante.
Gracias por esa decisión que no le es fácil tomar, pero seguro que lo hará.
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