martes, 31 de mayo de 2016

El Feliz Pescador

Un banquero de inversión estaba en el muelle de un pueblito caribeño, cuando llegó un bote con un solo pescador. Dentro del bote había varios atunes amarillos de buen tamaño.
El banquero elogió al pescador por la calidad del pescado y le preguntó cuánto tiempo le había llevado pescarlos. El pescador respondió que solo un de poco tiempo.
El banquero luego le preguntó por qué no permanecía más tiempo y sacaba más pescado. El pescador dijo que él tenía lo suficiente para satisfacer las necesidades inmediatas de su familia.
El banquero luego le preguntó: ¿pero qué hace usted con el resto de su tiempo?
El pescador dijo: “después de pescar, descanso un poco, juego con mis hijos, tomo la siesta con mi señora María, voy al pueblo por las noches donde tomo vino y toco la guitarra con mis amigos. Tengo una vida “placentera y ocupada”.
El banquero replicó, soy "máster" de Harvard y podría ayudarte. Deberías emplear más tiempo en la pesca y con los ingresos comprar un bote más grande, después con las ganancias podrías comprar varios botes, y eventualmente tendrías una flota de botes pesqueros.
En vez de vender el pescado a un intermediario, lo podrías hacer directamente a un procesador, o abrir tu propia procesadora. Podrías controlar la producción, el procesamiento y la distribución. Deberías salir de este pequeño pueblo e irte a la capital, donde manejarías tu empresa en expansión.
El pescador preguntó, ¿Pero, cuánto tiempo lleva todo eso? A lo cual respondió el americano, “entre 15 y 20 años”.
“¿Y luego qué?" El banquero se rió y dijo que esa era la mejor parte. "Cuando llegue la hora deberías anunciar un IPO (Oferta inicial de acciones) y vender las acciones de tu empresa al público. Te volverás rico, tendrás millones. 
-"Millones … y ¿luego qué?”
Dijo el banquero:
“Luego te puedes retirar. Te vas a un pueblito en la costa donde puedes dormir hasta tarde, pescar un poco, jugar con tus hijos, tomar la siesta con tu mujer, ir todas las noches al pueblo donde tomar vino y tocar la guitarra con tus amigos”. El pescador respondió: “¿Acaso eso no es lo que tengo ya?”
¡Cuántas vidas desperdiciadas buscando lograr una felicidad que ya se tiene pero que muchas veces no vemos!
La verdadera felicidad consiste en amar lo que tenemos, y no sentirnos mal por aquello que no tenemos.  
"Si lloras por haber perdido el sol, las lágrimas no te dejarán ver las estrellas” ¡LA FELICIDAD ES UN TRAYECTO, NO UN DESTINO!

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