“Y ACAECIÓ” que un día, al caer la tarde, se levantó David de su lecho, y se paseaba sobre el terrado de la casa real, cuando vio desde el terrado a una mujer que se estaba bañando, la cual era muy hermosa.(2 Samuel 11:2)
Ese es el problema con el pecado. Si miras a las cosas que no deberías estar mirando, entonces no ves todo el panorama. Y lo que no ves es lo que te va a dañar.
Así que David preparó un plan A, un plan B y un plan C para encubrir su pecado. El plan A consistía en sacar de la batalla a Urías, el esposo de Betsabé, y traerlo a casa un fin de semana para que lo pasara con su esposa; de esa forma parecería que el niño era de él. Pero no dio resultado. El plan B fue emborracharlo y mandarlo a casa, pero tampoco funcionó. El plan C fue mucho más cruel; fue un asesinato. Trágicamente, este último plan sí se llevó a cabo. “Yo nunca haría eso” dices. ¡Te sorprenderías de lo que podrías hacer en un momento de debilidad! El fuego del sexo está concebido para la chimenea del matrimonio. Una vez que sale de ahí, alguien se quema. Moraleja: El que piensa estar firme, mire que no caiga. (1 Corintios 10:12).
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