“Entonces Manoa dijo: cuando tus palabras se cumplan, ¿cómo debe ser la manera de vivir del niño, y qué debemos hacer con él?”
Jueces 13:12
Ciertamente, ningún padre nace con un manual de instrucciones, ni con soluciones precisas para educar y criar a sus hijos. Pero la gran mayoría desean ser buenos padres para ellos, amarlos y darles un buen ejemplo.
Dos preguntas interesantes y muy importantes hace este padre, al ángel que le anuncia y confirma el nacimiento de este niño:
1. ¿Cómo debe ser la manera de vivir del niño?
2. ¿Qué debemos hacer con él?
Y vemos a través del pasaje, cómo Dios les da unas instrucciones claras y específicas sobre lo qué deberán hacer con ese niño, porque en el futuro sería utilizado en gran manera por Dios.
Parece ver a aquellos padres temerosos de Dios poniendo todo su empeño y dedicación a ese niño. Inculcándole desde niño el amor a Jehová, y haciéndole entender que sería usado con propósitos especiales por Dios. Enseñándole a guardar Sus mandamientos y viviendo un estilo de vida totalmente diferente.
Importante es que desde pequeños los niños reciban una instrucción sana. La Biblia dice claramente en Proverbios 22:6: “instruye al niño en su camino, y aún cuando fuere viejo no se apartará de él”. En Deuteronomio 6:5-9, observamos las instrucciones que les da el Señor al pueblo de Israel diciendo: “Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas”.
Hoy día muchos padres enseñan a sus hijos y les dicen: “tienes que ser alguien grande, sé abogado, doctor, maestro, ingeniero, arquitecto, gana mucho dinero”. Y eso está muy bien, es bueno enseñarles a los hijos a aspirar las mejores cosas y a trabajar para alcanzar logros y éxitos. Pero antes de nada, deben instruirlos en “sé un siervo de Dios, busca primeramente el reino de Él porque las demás cosas serán añadidas, deléitate en Jehová y Él concederá las peticiones de tu corazón”. Dios es el primero en nuestra vida y si se le honra, Él se encargará de nuestros asuntos.
Tal vez no llegaremos a ser famosos, pero sí lograremos cumplir con su propósito en nuestra vida y de algún modo, marcar otras por el poder transformador de Dios.
Pero veamos lo que dice la Biblia que sucedió: “Y la mujer dio a un luz un hijo, y le puso por nombre Sansón. Y el niño creció, y Jehová lo bendijo. Y el Espíritu de Jehová comenzó a manifestarse en él en los campamentos de Dan, entre Zora y Estaol” (Jueces 13:24-25). ¡Qué maravilloso ver que conforme los hijos van creciendo, el Señor los va bendiciendo y comienza a manifestarse en ellos! Si tú deseas que tus hijos sean ministros de Dios, si deseas que sean personas de bien, de ejemplo e influencia, comienza enseñándoles lo principal, que es amar a Dios, temerlo y servirle.
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