viernes, 8 de abril de 2016

Saulo de Tarso: El Pablo del evangelio

En el libro de Romanos 1:16-17 la Biblia dice: “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego. Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá”.
El apóstol Pablo dice que el evangelio es poder de Dios, menciona que no se avergüenza, que es el mensaje de Dios para salvación y gloria de su nombre. En este estudio bíblico, es menester analizar sucintamente las bases fundamentales de la fe cristiana, con el fin de afianzar el conocimiento en el hijo de Dios, y dar pábulo a todos aquellos que pidan razón de nuestra fe.
El evangelio es la causa que Dios usa para actuar con rectitud sobre esta tierra, que ha sido contaminada por el pecado. En la medida que es anunciado, y que en el corazón del hombre produzca el efecto de alumbrar su oscuridad, producirá en él la conciencia de pecador, haciendo, dentro de él, cambios significativos con el arrepentimiento. Es realmente, como lo describe el apóstol Pablo, poder de Dios, y promover la comprensión del mismo lleva aparejado la transformación interna y externa del ser humano.
Veamos en este artículo, la importancia del evangelio en transformar la vida de aquellos que se encuentran en error y ciegos por el pecado. Que al ser anunciado el evangelio, produzca cambios en el corazón del hombre.

A través del testimonio visible de la resurrección de Cristo, muchas personas fueron transformadas y cambiadas por el poder de Dios. Al escuchar el evangelio, el mundo asistió a un encuentro verdadero y vital con el Cristo que, desde mucho tiempo antes, había sido anunciado por los profetas. Las mejores herramientas que tenían los cristianos primitivos, era la llenura del Espíritu Santo y la obediencia a Dios, principales talentos con los que se anunció el evangelio a paganos de la época. El apóstol Pablo fue precisamente uno de estos hombres, que contribuyeron enormemente en la expansión de las buenas nuevas de Salvación.

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