Es triste no reconocer nuestros errores cuando dejados llevar por nuestro
orgullo, batallamos en contra de todos y hasta en contra de Dios por defender
nuestros ideales egoístas, que al fin y al cabo buscan solo beneficiarnos a
nosotros y nos olvidamos de lo que realmente Dios quiere.
El orgullo es una de las causas más comunes por las que el ser humano llega
a tocar fondo, ya que este sentimiento no permite que te puedan hacer ver lo
que realmente está pasando, y solo se ve lo que uno quiere ver.
La Biblia dice:
“El orgullo va delante de la destrucción, y la arrogancia antes de la
caída.” Proverbios 16:18 (NTV)
A través de la historia hemos sido testigos de cómo una persona orgullosa
nunca sale triunfante, siempre termina mal, porque el orgullo va en contra de
lo que Dios quiere de nosotros. El mismo Señor Jesús nos invitó a aprender de
Él en cuanto a la mansedumbre y humildad que es totalmente lo contrario al
orgullo, es decir, que la voluntad de Dios es que seamos mansos y humildes; una
persona orgullosa jamás podrá agradar a Dios.
¿Qué es lo que el orgullo no te deja reconocer?
Hay personas que saben que van rumbo a la destrucción pero su orgullo no
les permite reconocerlo. Esa clase de personas tarde o temprano terminaran mal,
si no se arrepienten y ceden para ser humildes en reconocer sus faltas.
Ser humilde es reconocer que nos equivocamos, es reconocer que hay cosas
que hacemos mal, es reconocer que frecuentemente vamos en contra de la voluntad
de Dios, es reconocer que si no cedemos todo acabará mal. Lo triste de todo es
que hay personas que a pesar de saber que todo va a terminar mal, no ceden a su
orgullo, y por lo tanto ese orgullo los terminará consumiendo y llevando al
fracaso.
En el momento que dejes a un lado tu orgullo y comiences a ser humilde,
Dios comenzará a bendecirte.
¿Quieres que las cosas comiencen a irte bien?, entonces renuncia a ese
orgullo que solo te ha traído malos resultados, y comienza a ser humilde para
reconocer y llevar a cabo la voluntad de Dios y no la tuya.
¡Dios respalda al humilde, pero al orgulloso lo ve de lejos!
“Dios bendice a los que son pobres en espíritu y se dan cuenta de la
necesidad que tienen de él, porque el reino del cielo les
pertenece.” Mateo 5:3 (NTV)
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