martes, 5 de abril de 2016

La muñeca de trapo

La historia tiene que ver con una pequeña que deseaba tener una muñeca. Vivía con sus padres y su hermano Carlos, y se llamaba Esperanza. 
Su casa estaba en el campo donde no había ningún negocio que vendiera juguetes, y las muñecas que tenían sus amigas, sus padres se las habían comprado en la ciudad. Su mamá, para darle el gusto a su hija, le hizo una muñeca de trapo rellena de granos de maíz. Esperanza estaba feliz. 
Cierto día, Carlos, estaba afanado haciendo un pequeño barquito de madera, y su hermana entró corriendo al lugar. Sin quererlo, tropezó con el juguete que se rompió en varias partes. 
-Mira lo que hiciste, ¿por qué no te fijas por dónde corres?, le dijo muy enojado. 
- ¡Y a mí qué mi importa!, contestó Esperanza, aunque se arrepintió rápidamente. Su hermano, dolido por la situación, decidió vengarse, y en un momento de descuido, cogió la muñeca de trapo de su hermana, enterrándola en el jardín. Esperanza sufrió mucho por la pérdida de su juguete, y aunque la buscaron por todas partes no la hallaron, mientras que Carlos, afligido, no hallaba la forma de desenterrarla y devolverla, pues temía la reacción de sus padres. 
Un día que había llovido bastante, su mamá acudió al jardín para hacer algunos arreglos, fijándose que en un lugar apartado habían crecido unas hojitas de maíz que ella no había sembrado. Extrañada, fue al lugar, hallando semienterrada, la muñeca de trapo de Esperanza. 
El que encubre sus pecados no prosperará; mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia. Proverbios 28:13.  
No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Gálatas 6:7.  
Carlos nunca imaginó la forma como se descubriría la maldad que había hecho, debiendo soportar las consecuencias que le trajo. Muchos son los hijos y las hijas de Dios Creador que cargan sobre sí pecados ocultos, que aparentemente nadie conoce, viviendo unas vidas espirituales de mentira, pensando, al igual que Carlos, que nunca saldrán a la luz, pero no es así. En algún momento, en alguna hora, en un instante de la vida, brotarán las hojas del pecado que ha sembrado. Es un engaño creer que eso nunca sucederá. El Señor Dios Todopoderoso ha prometido misericordia para aquellos que, arrepentidos, busquen dar un giro total a sus vidas para servirle como Él quiere que lo hagan.

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