Así como el sol irradia calor, Dios irradia bondad. No se trata de lo que hace; se trata de quién es Él. La misma naturaleza de Dios es buena.
Es importante que reconozcamos la bondad de Dios. La Escritura dice que toda buena dádiva proviene de nuestro Padre celestial, tanto grandes como pequeñas.
Es importante que reconozcamos la bondad de Dios. La Escritura dice que toda buena dádiva proviene de nuestro Padre celestial, tanto grandes como pequeñas.
Dios trabaja en nuestra vida mostrándonos su favor, protegiéndonos, dándonos sanidad, pero demasiadas veces no reconocemos su bondad. No demos las cosas por sentadas. No es una coincidencia que haya conocido a su cónyuge y se haya enamorado. Dios estaba dirigiendo sus pasos. No fue una oportunidad afortunada lo que le hizo obtener ese trabajo. Fue la mano del favor de Dios. El hecho de que sus hijos estén fuertes y saludables no es solamente buena fortuna. Es Dios siendo bueno con usted. A lo largo del día deberíamos estar diciendo: “Gracias, Señor, por tu bondad. Gracias por mi salud. Gracias por mi cónyuge. Gracias por las oportunidades y buenas ocasiones que me has dado”.
Usted precisa buscar, esperar y reconocer la bondad de Dios. Nuestra actitud debería ser: ¡No puedo esperar a ver lo que va a hacer Dios hoy!, pues cualquier cosa buena que suceda en su vida, debe ser raudo en darle el crédito a Dios. Quizá sea algo pequeño. Quizá de pronto haya tenido una buena idea. “Señor, gracias por esa idea. Sé que provino de ti”. Si usted termina un proyecto más pronto y fácilmente de lo esperado: “Señor, gracias por tu gracia con ese proyecto”. Dios constantemente está trabajando, mostrándonos su bondad, pero con demasiada frecuencia no lo reconocemos. Estamos esperando solo las cosas visibles, grandes y espectaculares.
Usted precisa buscar, esperar y reconocer la bondad de Dios. Nuestra actitud debería ser: ¡No puedo esperar a ver lo que va a hacer Dios hoy!, pues cualquier cosa buena que suceda en su vida, debe ser raudo en darle el crédito a Dios. Quizá sea algo pequeño. Quizá de pronto haya tenido una buena idea. “Señor, gracias por esa idea. Sé que provino de ti”. Si usted termina un proyecto más pronto y fácilmente de lo esperado: “Señor, gracias por tu gracia con ese proyecto”. Dios constantemente está trabajando, mostrándonos su bondad, pero con demasiada frecuencia no lo reconocemos. Estamos esperando solo las cosas visibles, grandes y espectaculares.
Siempre que suceda algo bueno, le voy a dar gracias a Dios. Cuando veo favor: “Gracias, Señor”. Cuando se me recuerda algo que necesito hacer: “Gracias, Señor”. Cuando alguien me deja entrar a la vía rápida: “Gracias, Señor”. Cuando la temperatura baja a menos de 37 ºC: “Gracias, Señor”. Cuando estoy protegido: “Gracias, Señor”. Cuando veo la victoria: “Gracias, Señor”. Vivamos con una actitud de agradecimiento y acción de gracias. Dios bendice una actitud agradecida.
Cuando algo bueno sucede, usted está viendo a Dios. Asegúrese de agradecerle por ello. Asegúrese de darle el crédito. Probablemente no piense que Dios esté haciendo algo en su vida, pero Dios está constantemente mostrándonos su bondad. ¿Lo está reconociendo? Mire a su alrededor. Esté más alerta. Salmos 34:8 dice: “Gustad, y ved que es bueno Jehová”. Si usted quiere probar la bondad de Dios, tiene que darse cuenta de que cada buena oportunidad, cada vez que fue protegido, cada puerta que se abrió y cada ventaja que obtuvo, fue Dios trabajando en su vida. No lo dé por sentado.
Cierto hombre estaba conduciendo en un estacionamiento lleno tratando de encontrar un lugar para aparcar, dando vueltas y más vueltas. Se frustró tanto que finalmente dijo: “Dios, si me das un lugar para estacionarme, voy a ir a la iglesia cada domingo”. Justo en ese momento, de inmediato, un coche dio marcha atrás, y mientras estacionaba dijo: “Ya no te preocupes, Dios. Acabo de encontrar un lugar”. Así somos muchas veces. Se nos olvida que toda buena dádiva proviene de Dios.
Cada uno de nosotros puede ver en retrospectiva y recordar las veces que Dios lo protegió, le libró de un accidente; nos dio una promoción, nos hizo estar en el lugar correcto en el momento oportuno o abrió un camino cuando no parecía haber ninguno. No se canse de agradecerle a Dios su bondad. Recuerde sus victorias, dígale a la gente a su alrededor acerca de ellas. Manténgase presumiendo de la bondad de Dios. Entre más se jacte de la bondad de Dios, más bondad de Dios verá.
Demasiadas veces hoy, en lugar de recordar nuestras victorias, estamos recordando nuestras derrotas, nuestros fracasos, nuestras decepciones. Cuando recordamos lo que Dios ha hecho por nosotros, provoca que la fe se eleve en nuestro corazón. Sabemos que si Dios lo hizo por nosotros antes, ciertamente lo hará por nosotros otra vez.
Es bueno hacer estas tres cosas:
1. Espere la bondad de Dios. Levántese todos los días buscando el favor de Dios.
2. Reconozca la bondad de Dios. No hay coincidencias, no existen los golpes de suerte. Es la bondad de Dios.
3. Agradézcale siempre a Dios por su bondad. Siempre que suceda algo bueno, grande o pequeño, sea rápido para agradecerle a Dios por ello. Viva con una actitud de gratitud y alabanza.
Si usted hace estas cosas, experimentará más de la bondad de Dios y su favor, y su vida subirá a un nivel completamente nuevo.
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