lunes, 15 de febrero de 2016

¿Tienes Objetivos y Metas?

Gran parte de nuestros fracasos y frustraciones tienen su origen en la no concreción de las metas que nos hemos propuesto al comenzarlas. “¡Vaya descubrimiento!”, podría insinuar usted. Sin embargo, permítame ir un poco más allá de lo superficial de las frases y los saberes previamente aprendidos.
Tiempo atrás me inspiró la decisión de una persona de mi conocimiento, que decidió efectuar cambios en su vida. Casado y con tres hijos, este hombre de edad media, decidió concluir aquello que había dejado inconcluso en los años de su juventud: la finalización de su carrera universitaria.
Con gran esmero, y no poco sacrificio, acudió a la universidad de estudios superiores, se informó sobre el estado de las pocas materias que le quedaban por aprobar, y se dispuso a estudiar para concluir cada uno de los exámenes pendientes.
¿Cómo le fue? Después de largos meses en los que efectuó verdaderos “malabarismos” para coordinar sus estudios con su agenda actual de vida, sin descuidar su rol como esposo, padre y empleado de una importante empresa de la ciudad, aprobó la totalidad de las materias que habían quedado pendientes, recibiendo finalmente el anhelado título de Ingeniero Civil.
Objetivos, metas, decisiones. Un elemento conduce hacia el otro, permitiendo lograr la concreción de los sueños.
Como mi amigo pudo comprobar, las metas no son cuestiones baladíes, sino que llegan a ser verdaderos peldaños que nos guían en la escalera ascendente de la vida. Pero no tienen ningún valor en sí mismas, si las aislamos de los objetivos, hechos estos que sin duda llegan a ser “la meta de las metas”: el fin hacia el que debemos dirigir nuestros mayores y mejores esfuerzos.
Los objetivos globales concretos (por ejemplo, “terminar una carrera universitaria”) nos llevarán a fijarnos metas concretas de hipotética realización (por ejemplo, “aprobar cada uno de los exámenes pendientes”, “reordenar mi programa diario de actividades”, “dedicar menos tiempo al ocio”, etc.).
El gran rey Salomón expresó: “¡Qué tristeza da que los deseos no se cumplan! ¡Y cómo nos llena de alegría ver cumplidos nuestros deseos!” (Proverbios 13:12).
¿Y usted? ¿Cómo transita los primeros meses del año? Tal vez comenzó con gran ímpetu, y estableció importantes metas sobre diversos tópicos de la vida. Puede ser que esté logrando el cumplimiento de ellas, o tal vez ya se haya dado por vencido. Sin embargo, sea como fuere su situación, sepa que todavía está a tiempo para definir objetivos globales y concretar metas cortas que le permitan examinar su progreso.
¿Cuál es tu próxima meta? No sigas detenido en el camino ni te dejes llevar por la corriente. Dios está a tu lado y quiere ayudarte en el resto del camino.
Entonces él me respondió: El Señor, en cuya presencia he andado, enviará su ángel contigo, y prosperará tu camino; y tomarás para mi hijo mujer de mi familia y de la casa de mi padre. Génesis 24:40
Y él les dijo: No me detengáis, ya que Dios ha prosperado mi camino; despachadme para que me vaya a mi señor. Génesis 24:42


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