domingo, 7 de febrero de 2016

Salvado De Las Galletas

Los que lo oyeron, dijeron: Entonces, ¿quién podrá ser salvo?
Lucas 18.26
Recientemente vi una foto del “Monstruo Come galletas” que tenía una frase en la parte inferior, “Hoy viviré el momento, a menos que sea desagradable, en cuyo caso me comeré una galleta.” Me pareció gracioso. Me imaginé al “monstruo come galletas” durante el día, contento, haciendo sus quehaceres, y luego, en un momento de estrés o ansiedad, necesitando una galleta para consolarse, y devorándola en segundos. Para el “monstruo come galletas”, vivir la vida sin galletas es inimaginable. Esa vida no existe, ni siquiera es posible.
Nosotros no somos muy diferentes a nuestro amigo azul peludo. Muchos de nosotros emprendemos nuestro día haciendo diligencias, vamos a trabajar, nos reunimos con amigos y familia; aparentando ser muy libres y sin trabas. No obstante, en nuestra mente tenemos un plan de seguridad, algo a lo que sabemos que podemos acudir cuando nos sentimos estresados, ansiosos, inseguros o con miedo. Tenemos una persona, lugar o cosa esperándonos cuando necesitamos sentirnos seguros o en paz.
En el versículo mencionado, Jesús está hablando con un líder religioso que era rico. El hombre quería saber lo que necesitaba hacer para heredar la vida eterna. Jesús le dijo al hombre que fuera y vendiera todos sus bienes y le diera el dinero a los pobres. Esto entristeció mucho al hombre porque obviamente, estaba apegado a su dinero y pertenencias. Jesús siguió explicando que es sumamente difícil para alguien que adora al dinero, lograr poner a Dios como Rey en su Corazón. Esto tenía sentido para la multitud. Ellos se sintieron tan identificados con esto, que dijeron ¿Entonces quien podrá ser salvo? No se podían imaginar a alguien así; a una persona que amara a Dios más que a la comodidad de sus cosas y el dinero. Vivir una vida sin la comodidad de las cosas materiales era imposible. La seguridad y el placer que venían con el dinero eran demasiados seductores como para dejarlos ir.

¿Cuántos de nosotros vivimos como el “Monstruo Come galletas”? ¡Cuántos de nosotros comenzamos el día con la intención de amar a Dios y ponerlo en primer lugar en nuestras relaciones, trabajo, familia, etc.! Pero cuando las cosas se ponen difíciles, no es Dios a quien acudimos, sino a esa persona, lugar o cosa.
Jesús respondió a su pregunta diciendo, “Lo que es imposible para las personas, es posible para Dios.”
¿Cuál es tu red o plan de seguridad? ¿Qué cosa es la que no puedes imaginar vivir sin ella? ¿Qué o a quién buscas cuando estás en necesidad, estrés o ansiedad? Sea lo que sea, se está interponiendo en tu relación con Dios. Mientras “adores” a esa cosa, lugar o persona, Dios no podrá ser el numero uno en tu vida.
Acude a Dios primero. Dale el lugar que Él se merece en tu vida. Hazlo todos los días. Comienza a cambiar los viejos hábitos de ir por ayuda hacia las cosas u otros. Si intentas vivir de galletas, terminarás enfermo.


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