Se educó en un ambiente cristiano y protestante, teniendo una inquebrantable fe y un profundo conocimiento de la Biblia. Ostentaba el cargo de Lord Protector sobre Inglaterra, Escocia e Irlanda.
Se cuenta que en cierta oportunidad entró en la hermosa catedral de Westminster, en Londres, y viendo un grupo de estatuas de plata de los doce apóstoles, preguntó:
-¿Quiénes son éstos?, y alguien le contestó:
-Estos son los doce apóstoles. Entonces el Lord Protector dijo:
-Bájenlos de allí para que anden por el mundo haciendo bienes como su Maestro. En seguida las estatuas fueron fundidas para convertirlas en monedas.
Mientras Pablo los esperaba en Atenas, su espíritu se enardecía viendo la ciudad entregada a la idolatría. Hechos 17:16
Porque las costumbres de los pueblos son vanidad; porque leño del bosque cortaron, obra de manos de artífice con buril. Con plata y oro lo adornan; con clavos y martillo lo afirman para que no se mueva. Derechos están como palmera, y no hablan; son llevados porque no pueden andar. No tengáis temor de ellos, porque ni pueden hacer mal, ni para hacer bien tienen poder. Jeremías 10: 3-5.
El Lord Protector, sabía lo que estaba haciendo. Su historial dice que era un profundo conocedor de las Sagradas Escrituras, por lo que no es de extrañar que hubiera ordenado quitar las imágenes que representaban a los doce apóstoles.
La idolatría está expresamente prohibida y forma parte de los Diez Mandamientos. Jeremías señala la insensatez de creer en las imágenes, relatando cómo se fabrican, transformando un trozo de madera arrancado de un bosque para luego, mediante un trabajo artesanal, moldear una imagen finamente elaborada, para presentarla a los hombres como una deidad a la que se le debe adorar. Pablo, conociéndo que la idolatría es abominable, movido por el celo de Dios, no desaprovechó la oportunidad para presentar al Señor, Dios vivo, y que está en todo lugar. También existe otro tipo de idolatría bastante invisible y secreta, que es aquella que inclina al hijo o a la hija de Dios Creador, a preferir otra cosa antes que estar plenamente debajo de sus alas.
La idolatría está expresamente prohibida y forma parte de los Diez Mandamientos. Jeremías señala la insensatez de creer en las imágenes, relatando cómo se fabrican, transformando un trozo de madera arrancado de un bosque para luego, mediante un trabajo artesanal, moldear una imagen finamente elaborada, para presentarla a los hombres como una deidad a la que se le debe adorar. Pablo, conociéndo que la idolatría es abominable, movido por el celo de Dios, no desaprovechó la oportunidad para presentar al Señor, Dios vivo, y que está en todo lugar. También existe otro tipo de idolatría bastante invisible y secreta, que es aquella que inclina al hijo o a la hija de Dios Creador, a preferir otra cosa antes que estar plenamente debajo de sus alas.
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