domingo, 14 de febrero de 2016

Lo que será

Y no habrá más maldición… Apocalipsis 22; 3
Todos tenemos algo en común. Vivimos en un mundo contaminado y confundido, y nunca conocimos otra cosa. Sin embargo, Adán y Eva podían recordar cómo era el mundo cuando Dios lo creó: libre de muerte, dificultades y dolor (Génesis 3:16-19). En el Edén, antes de la caída, el hambre, el desempleo y la enfermedad no existían. No se cuestionaba el poder creador de Dios o su plan para las relaciones humanas.
Inline image 1El mundo que heredamos no se parece en nada al jardín perfecto de Dios. Citando a C. S. Lewis: Este es un mundo bueno que se deterioró, pero todavía conserva el recuerdo de lo que tendría que haber sido. Gracias a Dios, el vago recuerdo de lo que debería ser la Tierra es también el resultado de un vistazo profético a la eternidad. Allí, tal como Adán y Eva caminaban y hablaban con Dios, los creyentes verán su rostro y lo servirán directamente. Nada se interpondrá entre Dios y nosotros. Y no habrá más maldición (Apocalipsis 22:3). Ya no habrá pecado, ni temor ni remordimientos.
El pasado y sus consecuencias pueden ensombrecer el presente, pero el destino del creyente guarda la promesa de algo mejor: la vida en un lugar tan perfecto como el Edén.
Señor, ayúdame a recordar que todavía hay mucho por disfrutar y por hacer en este mundo contaminado. Gracias por la promesa de una vida contigo en un lugar perfecto.

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