sábado, 13 de febrero de 2016

La alabanza de los ángeles y la alabanza de los hombres

El ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo… os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor… Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían: ¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres! Lucas 2:10-14

Sucedió una noche en Oriente, cerca de Belén. Unos pastores guardaban sus rebaños en los campos. A primera vista era una noche como las demás. Pero repentinamente, un ángel del Señor se apareció a los pastores, y luego una multitud de ángeles empezó a alabar a Dios. Celebraban un acontecimiento que normalmente hubiera pasado desapercibido: la llegada de un niño, nacido en medio de la pobreza en una familia modesta. Los ángeles, criaturas celestiales, mensajeros de Dios, revelaron a unos sencillos pastores el sentido extraordinario de este nacimiento: “Os ha nacido hoy… un Salvador, que es CRISTO el Señor”.
Más de 2.000 años después, con motivo de la Navidad, la cristiandad recuerda mediante cánticos ese mensaje del Evangelio. Entre ellos, el villancico "Noche de paz" es uno de los más conocidos. Fue cantado por primera vez en un pequeño pueblo austríaco, en el año 1818. Un modesto vicario, Joseph Mohr, compuso la letra, y el músico del pueblo, Franz Gruber, la melodía. Aunque muy sencillo, este villancico consiguió sobrepasar las fronteras y las barreras lingüísticas.
¿Se conmueve su corazón al pensar en este tema, de sumo gozo, como es la venida a la tierra de Jesús, el Salvador, el regalo que Dios ofreció a los hombres?
Siempre es motivo de gran alegría y gozo recordar el acontecimiento de Su venida.

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