martes, 19 de enero de 2016

Las peleas con Dios siempre se ganan por “K.O.”

Hace tiempo supe a través de las noticias, acerca de una pelea de boxeo insólita, ganada por Knock-Out en el último asalto. Habitualmente no me intereso por el boxeo, y digo “insólita” porque el ganador fue perdiendo toda la pelea desde el primer asalto. Había llegado al final en penosas condiciones, destrozado y extenuado. Y cuando nadie daba ni un centavo por él, sacó con sus últimas fuerzas un potente golpe de izquierda que se estrelló en la mandíbula de su oponente, enviándolo directamente a la lona. En una fracción de segundo pasó de tener la victoria del combate asegurada, a la más absoluta e inobjetable derrota. Lo que me hizo recordar cómo trata Dios con muchas personas. 
“Me están pegando por todos lados” le comenté al pastor de la iglesia en la que me congrego, hace unos días atrás…¿No te has sentido así alguna vez?
Hay períodos en nuestras vidas en las que todo sale mal. Cada cosa que emprendemos parece destinada a hundirse en el fracaso. Los reclamos y quejas de quienes nos rodean arrecian, y los golpes también. Pasa el tiempo y en vez de tender a mejorar las cosas, éstas van de mal en peor.
Igual que el boxeador de la historia con la que comenzamos el presente artículo. Llegó al último asalto de la pelea extenuado, le faltaba el aire, con un ojo casi cerrado, los pómulos extremadamente inflamados y una ceja sangrando profusamente a consecuencia de los golpes recibidos.
Pero aunque el aire falte, aunque las piernas no te respondan y ya casi no puedas tenerte en pie; aunque tu alma se esté desangrando y la visión se nuble, aunque el dolor muerda y el veredicto de los jueces vaya a ser “perdedor”,… siempre queda un último round.
Las peleas con Dios siempre se ganan por K.O. Dios no admite “resultados por puntos”. Ello implica la no intervención de un jurado que califica y finalmente, se arroga la autoridad de decir quién perdió y quién ganó. 
La ex-congresista y embajadora norteamericana Clare Boothe Luce, dijo en una oportunidad: “No hay situaciones sin esperanza. Hay personas sin esperanza en diversas situaciones”.
Si estás tomad@ de la mano de Dios, tu lucha solo conoce un final: VICTORIA y por K.O., aunque hayas tenido toda la pelea perdida.

¡ÁNIMO!

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