¿De dónde provienen las películas depravadas con ciertos bares, con pandillas, robos, perversión, asesinatos y todos las cosas que degradan la vida del ser humano? Del corazón de hombres que viven en la ignorancia, tinieblas y en la maldad del pecado.
Reflexionemos: antes de cambiar al mundo, debemos cambiar el corazón de la gente que vive en él. Todos los modos que existen hoy en día de libertinaje y que se rebelan contra Dios, provienen de corazones de hombres que están alejados de Su voluntad.
Por ejemplo: a un mismo supermercado, donde muchos de nosotros vamos a comprar alimentos para nuestra casa, van también delincuentes, convictos de la justicia y personas que andan en caminos nada buenos; en un mismo barrio viven personas que tienen principios erróneos y otros que llevan un correcto estilo de vida; por lo tanto, el mundo en sí mismo, los lugares no son lo importante, sino la GENTE que los habitan.
Aunque estamos en este mundo y no pertenecemos a él, no nos queda más remedio que relacionarnos con la gente que nos rodea, y si entendemos que lo que necesita un cambio es el corazón de la gente que lo habita, causaremos un impacto en la sociedad en la que vivimos.
Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse. Mateo 5:14
Lo que cambia el corazón de una persona no es meterse en una iglesia, ir a eventos cristianos o adoptar rituales en su vivir, sino el poder de vivo de la Palabra, la cual ha cambiado nuestros corazones y se refleja en nuestra forma de vida. ¿Cómo vamos a iluminar a la gente que habita este mundo si en nuestro corazón hay tinieblas? ¿Cómo vamos a transformar la manera de pensar de esta generación acerca de Dios, si vivimos alejados de Él y creyendo que somos mejores que ellos?
Jesús compartía con gente adultera, ladrones, mujeres que se prostituían y una cantidad de personas que su estilo de vida no era nada bueno. Sin embargo, la vida del Maestro y las palabras que salían de lo profundo de su corazón penetraban hasta lo mas íntimo de estas personas, de tal modo que ya nunca fueron las mismas; Jesús no se escondió, más bien Iluminó el corazón de la gente.
¿Te estas escondiendo o no?, ¿iluminas la vida de la gente que te rodea? Solemos estar en desacuerdo con gente que tiene una influencia poderosa en la política, con medios de comunicación, industria, escuelas y otras organizaciones influyentes, pero estamos muy poco dispuestos a iluminar el corazón de esas personas con la palabra de Dios.
No juzgues, no condenes ni enjuicies a la gente de este mundo. Ilumina su corazón.
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