domingo, 6 de diciembre de 2015

Un corazón agradecido

1 Tesalonicenses 5.16-18
La Biblia nos dice: “Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús” (verso 18). Esto puede parecer fácil cuando todo marcha bien, pero en circunstancias dolorosas expresar gratitud puede volverse difícil.
Es interesante notar que esta orden de dar gracias al Señor en todas las circunstancias, fue escrita por Pablo, el apóstol cuya lealtad a Cristo le costó una persecución severa.
Aunque muchas situaciones no eran de su agrado, Pablo sabía que sus riquezas en Cristo superaban con creces cualquier molestia terrenal. Piense en las bendiciones que valoraba y que también están disponibles para todos los creyentes. 
Primero, somos invitados a tener una relación personal con el Dios verdadero, el Señor soberano, omnisciente y omnipresente de toda la creación. 
Segundo, nuestro Creador nos ama con amor eterno e incondicional. 
Tercero, envió a su Hijo a morir como pago por nuestra deuda de pecado, para que pudiéramos pasar la eternidad con Él. Por tanto, cuando ponemos nuestra confianza en Jesús somos liberados del temor a la muerte.
Y la lista de bendiciones continúa: Dios adopta a los creyentes como sus hijos, y los sella con su Espíritu (Efesios 4.30). Él tiene un plan para cada vida y concede dones para que este plan se cumpla. También promete dar respuesta a todas nuestras necesidades por medio de sus recursos ilimitados (Filipenses 4.19), y nos da su Palabra y su Espíritu que habita en nosotros, para guiarnos.
¡No es de extrañar que Pablo estuviera agradecido! Haga usted hoy su propia lista de razones para dar gracias, y asegúrese de contar las bendiciones de Pablo como también suyas. Dígale a Dios cuán agradecido está.

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