sábado, 12 de diciembre de 2015

La Gente Funciona Con sus Razones

“Les dije, pues: Vosotros veis la difícil situación en que estamos: Jerusalén está en ruinas y sus puertas consumidas por el fuego. Venid y reconstruyamos el muro de Jerusalén, para que ya no seamos objeto de deshonra" (Nehemías 2:17).
Gordon Bethune asumió la gerencia general de Continental Airlines cuando caía en picado en 1994.
razonesLa aerolínea tenía uno de los peores rendimientos de explotación en la industria aérea. El servicio al cliente casi ni existía; los aviones estaban sucios; los obreros perdían el equipaje, retrasos en los vuelos...
El primer problema que Bethune afrontó fue la llegada a tiempo. Y se comprometió a darles un plus de $65 a los obreros no administrativos, cada mes que el rendimiento de la aerolínea, en esa área administrativa, demostrase que estaba entre las cinco mejores a nivel nacional. Quienes manejaban el equipaje, las puertas de abordaje, las reservas, los sobrecargos y secretarias, todos eran parte del paquete.
Llegó a la cifra de $65 calculando cuánto costaba a la compañía cada mes el retraso en los vuelos. Con un coste apreciado de $5 millones al mes, Bethune estaba dispuesto a devolverle la mitad de aquello a los empleados ($65 para cada uno de los 40,000 empleados), si daban la vuelta a la puntualidad de la aerolínea. Anunció el programa de primas en enero de 1995, y en febrero de 1999 el 80% de los vuelos de Continental aterrizaban a tiempo.
Al primar a los empleados, de repente, los aviones estaban limpios. La motivación subió y también las ganancias. La gente hacía las cosas por sus propias razones.
Durante el tiempo de Nehemías, los muros que rodeaban a Jerusalén, la ciudad santa, yacían en ruinas. Era una desgracia. Los muros de una ciudad estaban para protegerla. Sin la barricada de piedras ni nada para detener a sus enemigos, los habitantes estaban indefensos y vulnerables ante un posible ataque.
La gente es experta en el análisis de coste-beneficio. Todos se preguntan: “¿En qué puedo aprovechar el beneficio?” Los muros construidos alrededor de Jerusalén beneficiarían a los residentes de la ciudad.
Nehemías sabía esto y actuó de manera consecuente. Dirigió a la gente de Jerusalén a reconstruir el muro, no para beneficio personal (él vivía a miles de kilómetros de distancia), sino por el de ellos. Y no fue por unos $65 de más en sus cheques: fue por la protección de sus vidas y las de sus familias.
Uno puede empujar, presionar y hasta herir a la gente y no se mueven. Pero démosles una buena razón, -una de sus propias razones-, una manera en que ellos se beneficiarán, y nos seguirán hacia dónde les dirijamos.
La gente hace las cosas por sus razones y no por las nuestras… por sus propias razones.
Este pensamiento puede ser malinterpretado como un intento de manipular a los demás, cuando en realidad no hace más que reconocer la naturaleza de las motivaciones humanas.
Hace años una consultoría de gerencia decía que no es posible “motivar de verdad” a una persona sin incentivos; que lo único que se puede hacer es animarla a “motivarse” a sí misma… y aquel planteamiento se alinea perfectamente con la reflexión anterior.
En última instancia, esta actitud refleja la exclusivi
dad de cada persona creada por Dios… no deberíamos ser manejados como uno más del montón.
Dios mismo apela a su plan exclusivo en nuestras vidas, sabiendo que es la manera en que podemos maximizar nuestros talentos y dones, para el propósito para el cual fuimos creados. Viviendo el plan de Dios le sacamos el máximo beneficio a la vida, no solo para nosotros sino también para los que nos rodean.
Si tal vez necesitas reenfocar tus motivaciones, ¿por qué no tomar un tiempo y recibir palabra de Dios al respecto?

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