jueves, 3 de diciembre de 2015

El Mesías Salvador

 “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”
Juan 3:16 Reina-Valera 1960.
Jesus salvaEl pueblo judío lo esperaba como el Mesías (significa ungido, debido a que a quienes iban a ser reyes de Israel se les vertía aceite). Quien de acuerdo a las profecías, libertaría a su pueblo y establecería el reino de DIOS. Cuando Jesucristo fue crucificado y el pueblo judío siguió bajo el yugo de los romanos“, el pueblo elegido de DIOS” creyó con absoluta certeza que Él no era quien el Todopoderoso había enviado. No obstante, los planes del Altísimo iban más allá. Por medio del sacrificio del Mesías toda la humanidad ahora puede ser salva.
Toda la maldad, el pecado, y la enfermedad fueron sobre Jesucristo en la Cruz. Para que todo aquel que crea en Él sea libre de ello:
“Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.” Isaías 53:4-5 Reina-Valera 1960.
El Mesías Salvador es el único que puede sacar de la oscuridad las almas y darles libertad. Solamente Él tiene el dominio y la potestad sobre la maldad. Sin importar cuál sea la cadena o pecado su poder los quebranta. De igual manera, Jesucristo puede sanar a cualquier persona de sus enfermedades pues Él fue herido en la Cruz para sanarnos.
Todo lo que hay que hacer para recibir su salvación y sanidad es creer en Él y pedirle ayuda.
Si hay cadenas o enfermedad en tu vida, cree que Jesús te puede salvar y así te será hecho. Pídeselo, haz esta oración:

“Dios, reconozco que Jesús es tu Hijo, que pagó por mis pecados y el precio de mi plenitud. Perdona mis pecados. Líbrame de mis debilidades, enfermedades y cadenas. Lávame Señor Jesús con tu sangre, y déjame blanco como la nieve. Envía a mí a tu Espíritu Santo, oro esto en el nombre de Jesús, Amen.”

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