jueves, 3 de diciembre de 2015

El Folleto que Construyó una Iglesia

Con él se pusieron a discutir ciertos individuos de la sinagoga,” No podían hacer frente a la sabiduría ni al Espíritu con que hablaba. Hechos 6:9, 10, NVI.
En los tiempos apostólicos, los gentiles anhelaban la verdad, los apóstoles respondieron, y así el evangelio del Reino de Dios llegó a tierra extranjera. De la misma forma, en mi país, Birmania, se distribuyó un folleto, el Espíritu Santo convenció a muchos de la verdad, se convirtieron en cristianos, y se organizó una iglesia.
Aung Zaw Min, viajaba un sábado por la tarde, en autobús colectivo a un municipio cercano con Mya Chlt, su director de Publicaciones, y Daw Kyin Sein, un laico activo. Ellos repartieron folletos a los pasajeros, quienes los leyeron durante el viaje. Una mujer se interesó mucho en el folleto y sus distribuidores. Les preguntó: - ¿Todos ustedes son cristianos? -Sí, somos cristianos evangelistas, respondieron.
Ella quería saber más y preguntó: -Si tienen tiempo, ¿me podrían visitar? No vivo lejos de aquí. ¿Podrían venir ahora? Los tres fueron con ella, y cuando llegaron a su casa, ella les preparó un almuerzo delicioso, y luego los tres pasaron varias horas con la familia hablando acerca de la Biblia. Determinaron una fecha para comenzar estudios bíblicos. Aunque el patriarca de la familia no estaba de acuerdo, y lo dejó en claro en sus objeciones durante el estudio; aun así la familia siguió estudiando.
Un año después, el esposo de la mujer (el patriarca), U Than Myint, llevó a su hija a un seminario bíblico chino, en la capital. Su pastor viajó con ellos. Mientras estaban alli, U Than Myint asistió a unas reuniones cristianas, aunque no evangelistas. Su hija se enojó mucho y le dijo que no asistiera. Su pastor también trató de ponerle trabas, pero él asistió de cualquier manera. También estudió más las profecías bíblicas, y no pudo negar la verdad.
Fue bautizado después de las reuniones, y a lo largo de los siguientes dos años los miembros de su familia también fueron bautizados. Gracias a su familia, el pequeño grupo de observadores del sábado en ese pueblo llegó a ser una iglesia establecida. Solo un folleto, distribuido en un colectivo, cambió a una familia completa y estableció una iglesia. ¡Dios es maravilloso al llamar a su pueblo de las tinieblas a la luz!

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