viernes, 18 de diciembre de 2015

El arrepentimiento

Dios cuando nos habla, nos ofrece la salvación, y también la ofrece a nuestra casa. Pero, ¿qué quiere decir esto? Se refiere a nuestra forma de ser, de actuar, que va a ser la escogida por Dios; usted como sacerdote de su hogar, acepta realmente a Cristo como su único salvador, va a sufrir un cambio, y su descendencia, su familia, va darse cuenta de que algo está pasando también con ellos.
Dios nos ha dado a nosotros los gentiles, la opción del arrepentimiento, y cuando nos arrepentimos es porque estamos permitiéndole a Cristo entrar en nuestro corazón, y estamos dando el paso fundamental para una nueva vida con Cristo. El hombre sin Cristo vive una vida desenfrenada de pecados, pensando que está bien lo que está haciendo, pero no se da cuenta que va por un camino de perdición, y lo peor es que con esas cadenas arrastra a sus seres queridos o a su descendencia.
Podemos ver en estos tiempos, la violencia familiar entre padres que se golpean constantemente delante de sus pequeños hijos, y ¿qué sucede con el tiempo? Que estos niños crecen y también se convierten en padres violentos.
¿Qué sucede cuando el hombre acepta a Cristo? En ese instante es cubierto por la mano de Dios, y ya no es esclavo del pecado, de los vicios, de las drogas, o del alcohol, que tanto daño causan en este tiempo. Pasa a tener una vida con Cristo, en la que Dios le limpia, le purifica, y muchos se preguntan: ¿y a este hombre que le está pasando? Pues que Dios te moldea nuevamente, para ser un hombre nuevo, con una esperanza que no te puede dar este mundo, que solo te la puede dar Dios. Una esperanza de vida eterna con Cristo.
Y en ese instante sientes el llamado de Dios en tu corazón, y te sientes dispuesto a proclamar las buenas nuevas de salvación.
¿Estás dispuesto a ello?

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