“Cuando se es decepcionado en el área de los afectos, se activa la inseguridad. Mientras la persona insegura siempre sufre, la persona que posee seguridad tiene entendimiento para resolver problemas. Cuídate y ámate, porque la seguridad se refleja en tu cuerpo y en su cuidado”.
Todo abandono físico comienza con un “para qué”, “para qué me voy a arreglar”, “para qué me voy a cuidar”, “para qué voy a estudiar”. La respuesta sería: “porque lo hago por y para mí”.
Hubo una mujer que vació su perfume a los pies de Jesús. Fue una mujer detallista porque Dios es un Dios de detalles. Hubo quienes la criticaron por lo que hizo, pero entonces Jesús le dijo al anfitrión: “tú ni siquiera me diste un beso, pero esta mujer ha regado mis pies con lágrimas, y me secó los pies con sus cabellos”.
Nada justifica la falta de amor y de cuidado por ti mismo, pongas la excusa que pongas. ¡El detalle es importante por su poder! Te acostumbraste a vivir con el dolor crónico, y tienes que volver a recuperar la salud; te acostumbraste a no tener dinero, y tienes que usar tu creatividad para obtenerlo. Piensas que es tarde para estudiar una carrera o hacer un curso que te gusta; pues resulta que todavía estás a tiempo de alcanzarlo, porque jamás dejamos de crecer y nos envejecemos por dentro si dejamos de hacerlo. Recupera el detalle de leer, hay que darle información a la mente, investiga para que tu cerebro funcione mejor. Puedes decir: “voy a recuperar un detalle intelectual”.
El abandono emocional
Con él pierdes la capacidad de disfrutar de la vida, de tus hijos, de tu pareja, de tus amistades. Acércate a lo que te hace bien, a lo que te trae placer a tu vida, crece emocionalmente, recupera los detalles emocionales.
Y el abandono espiritual
Jesús le dijo a Pedro: “el que está bañado no necesita más que lavarse los pies”. “Tú necesitas recuperar un detalle”; tienes a Cristo, al Espíritu Santo, y ahora necesitas caminar en su presencia cada día. Si tienes una vida espiritual monótona, aburrida, tienes que usar la fe, que está para ser usada en los pequeños detalles de cada día.
A veces no la usamos en el día, y si no haces trabajar la fe, se muere. Tienes que hablarle a alguien del Señor, darle a conocer a alguien para ser de bendición, y pedirle cosas pequeñas a Dios para obtener toda la cosecha de ese día.
Jesús dijo: “Mira a los lirios cómo los visto”, "y si los visto a ellos, ¿cómo no te voy a vestir a ti?” Alza tus ojos y mira, le dijo Dios a Abraham, pues tal vez hay algo que todavía no estás viendo.
Tienes que estar atenta al espíritu más que a las palabras. Dios tiene un milagro para tu vida, mas Él mira detalles de fe, como la palabra de aliento, o la oración que hiciste aunque no te sentías muy bien y no tenías muchas fuerzas.
El hijo pródigo y el hermano: ninguno de los dos sabían el padre que tenían, ni sabían el valor que ellos tenían. Dios puso un detalle en ti que te hace diferente (la voz, la sonrisa, tu manera de acariciar, tu manera de mirar), y todos tenemos la firma de Dios, el toque de Dios.
Tienes que motivarte. Eso significa no golpear al aire, sino insistir en aquello en lo que hay botín. Hay mujeres que solo realizan actividades, pero no tienen propósito. Son actividades sin destino, para pasar el rato, son las que dan puntada sin hilo. No tienen un proyecto de vida sino que viven dando golpes a la nada. Las mujeres debemos aprender a motivarnos y para eso debemos ponernos incentivos realistas y alcanzables.
Tienes que empezar a verte como Dios te ve, a hablar como habla Dios y a creer lo que Dios cree de ti. Cuando nos permitimos ser felices, somos como un imán humano que atrae todo lo bueno de Dios. La Palabra de Dios dice: “Ora con la puerta cerrada, y Dios te ve en lo secreto”...: ¿qué ve? ve detalles, ¡ve cuánto lo amas, cuánto le crees, cuánto necesitas de Él, por eso Dios te lo recompensará en público!
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