viernes, 2 de octubre de 2015

¿Que Tienen en Común Marcos Witt, John C. Maxwell, Tiger Woods y Bill Gates?

“Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo.”
Lo que ellos tienen en común es que son buenos, excelentes en lo que hacen. No escatiman en avanzar, en desarrollarse como personas, no se acomodan, mantienen siempre un deseo de mejorar, son valientes, creativos, visionarios, siempre buscando resultados extraordinarios. Ellos brillan porque usan sus talentos.
¿Se considera usted una persona talentosa? ¿Valiente? ¿Tiene usted características de genio? ¿Está fortaleciendo sus talentos y dones?
Ser talentoso a menudo se sitúa en la misma categoría de genio, y muchos piensan que es un don especial reservado solo para unos pocos. Eso es un mito, porque la verdad es que cada uno de nosotros está dotado de talentos, a la espera de su utilización y multiplicación en la vida.
“Un talentoso es alguien que no tiene miedo de usar sus talentos y los multiplica” 
En la Biblia hay una parábola en Mateo 25:14-30, conocida como la Parábola de los Talentos de Jesús. Su particularidad se relaciona con la forma en que debemos usar el regalo de la gracia de Dios. Es una manifestación directa a aquellos que ven una contradicción entre el éxito y la conducción de la vida cristiana.
Un hombre rico que emprendía un largo viaje reunió a sus tres sirvientes. Les informó que cuidarían de su propiedad durante su ausencia. Detenidamente, el amo juzgó las habilidades naturales de cada sirviente. Le dio cinco talentos a un criado, dos a otro y uno al tercero, a cada uno según su habilidad. Luego, partió en su viaje.
Los sirvientes se enfrentaron al abierto mundo de la vida. El que había recibido cinco talentos hizo negocios y ganó otros cinco. El criado que recibió dos, ganó dos más. Pero el sirviente que había recibido uno escondió la propiedad de su amo dentro de un hoyo en el suelo.
El señor regresó y les pidió cuentas. El sirviente que había recibido los cinco talentos se adelantó diciendo: “¡Señor, me confiaste cinco talentos; mira, aquí tienes otros cinco que he ganado!”
“¡Bien, criado bueno y fiel!,” respondió el amo, “Has sido fiel en lo poco, te confiaré lo mucho. ¡Entra en el gozo de tu Señor!”
Entonces, el criado que había recibido dos talentos se acercó al amo. “¡Mi Señor,” le dijo, “tú me confiaste dos talentos, y mira, he ganado otros dos!” El amo halagó al sirviente de forma similar.
Y el que había recibido un talento se acercó. “Señor, sé que eres duro, que cosechas donde no has sembrado y recoges donde no has esparcido. Tuve miedo, fui y escondí tu talento en la tierra. Aquí tienes lo que es tuyo.”
La respuesta del amo fue pronta y severa: “¡Siervo malo y holgazán! Sabías que cosecho donde no he sembrado y recojo donde no he esparcido. Debiste, por tanto, entregar mi dinero a los banqueros para que, al volver yo, retirase lo mío con intereses.
Un talento era el equivalente al sueldo de un obrero común en quince años. Entendemos, pues, que la cantidad dada a cada sirviente fue considerable. Todo lo que usted tiene en su vida es considerable, de mucho valor.
La mayoría sabemos que los talentos junto a los dones, Dios nos los ha dado para nuestro uso y disfrute con propósito. En ellos están incluidos los dones naturales, espirituales y materiales. Incluidas también, nuestras habilidades y otros recursos, como salud, educación, posesiones, dinero y oportunidades. Todo lo que tenemos es de Dios, y Él espera que ganemos, que brillemos en este mundo con todo lo que Él nos ha dado, que no tengamos miedo.
Una de las lecciones más simples de esta parábola es que no es inmoral aprovechar las ganancias de nuestros talentos, recursos y trabajo. La alternativa a la ganancia es la pérdida, y seguramente la pérdida de riqueza, especialmente cuando se debe a una falta de iniciativa, no constituye una buena administración (mayordomía). Dios espera que usted sea un buen administrador de sus talentos.
La parábola también contiene una lección crítica sobre cómo debemos utilizar las capacidades y los recursos que nos ha dado Dios. Dios no espera que seamos pasivos y esperemos a ver qué sucede. Él espera que seamos proyectivos, y usemos nuestros talentos para fines productivos. La parábola enfatiza la necesidad del trabajo y la creatividad, en contraste a la pereza y el desánimo.
¿Qué espera para multiplicar sus talentos? Usted puede hacerlo, no espere más a ser un genio, tiene que estar dispuesto a salir de su zona de comodidad e ir a una zona de crecimiento. Usted tiene que cumplir la "obligación" de ser el mejor en lo que hace, para ser un genio usted mismo.Y nadie lo hará mejor que usted. Esto es un proceso que vale la pena y tendrá recompensas tanto en la tierra como en el cielo.
Los talentos están en usted, no deje que el miedo, la comodidad, las limitaciones o los mitos que se ha formado lo detengan de ser la persona que Dios diseñó, una persona visionaria, valiente, creativa, emprendedora. Nadie hará por usted lo que usted ha sido llamado a hacer.
“Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas”. Josué 1:9
¿Está usted dispuesto a multiplicar sus talentos? ¿Qué medidas va a tomar para ir más allá de su zona de comodidad? 

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