Vamos a tratar de cómo se puede tener una vida pensante victoriosa. Amigo, la solución a las tentaciones, los deseos y pensamientos pecaminosos se encuentra en el primer versículo de Romanos 8: “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús”. (Por cierto, algunas traducciones de la Biblia, dicen “que no andamos según la carne, sino conforme al Espíritu”. Esto fue agregado por traductores más tardíos de la Biblia. En los manuscritos más antiguos del Nuevo Testamento, disponibles hoy en griego, simplemente se dice: “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús”).
El poder de Jesús para vencer toda tentación se activa cuando permaneces consciente de que, incluso en el momento de la tentación, Jesús todavía está contigo y que eres justo en Él, aparte de tus obras (Romanos 4:6). Al hacer esto, rechazas la posible condenación por la tentación que enfrentaste. Ahora tienes el poder de Cristo para elevarte por encima de la tentación y descansar en tu justa identidad en Cristo, aparte de tus obras. ¡Eso, amado, es la vida vencedora en Cristo!
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